Tiempo

Encuentro en la noche un cobijo y paz bastante efectivos. Sin embargo, es un arma de dos filos.

Debido a las fechas "divinas" presentes que no son más que rituales paganos convertidos y mutados a la actualidad, me hallo a merced de mi soledad posible desolación, pero eso no es del todo malo de no ser por la terrible consecuencia que es ser presa de mis pensamientos.

Mi cabeza me vuelve loca de una manera más notoria. Me siento cansada mientras mis músculos se atrofian por inactividad.

Desentierro memorias que realmente había perdido, y para mal. Afortunadamente, entre mi insanidad de una parte de mi cerebro, entre todos los cadáveres que escarbo encuentro también paz espiritual: un amor que realmente existió alguna vez, inocencia típica de la edad, tan pura y tan real; la fe en todos y cada uno de nosotros que hace mucho tiempo tuve, el cariño desbordante y la sonrisa eterna y despampanante. Un violín viejo y quebrado, una flauta rayada, los dibujos de hace poco menos de dos décadas que evidencian mi profundo y eterno amor a los pigmentos, formas, texturas y colores; mis dos hermosas aves verdes, mismas que amé más que a cualquier humano que cruzose en mi camino...


A veces me arrepiento de destruir memorias: confundo una imaginación perturbante con la realidad, donde hay un límite para mi un tanto difuso. Me he perdido en fantasías, en sueños, me han tomado pieza a pieza, nostalgia pero sobre todo en cólera, ira y rencor.


Tiempos insanos como estos me sirven para recordar el diamante pulido a partir de un gélido carbón: como esa carta, ¡qué inmaduros fuimos! pero, realmente nos quisimos. Amor de un verano que duró más de 1 año.


Como moraleja, combato mis demonios como mejor puedo. Hay cadáveres que se deben quedar donde están y hay tesoros que se les deben de quitar. Soy adicta esta ira enraizada en mi frío corazón ("[...] Yo necesito un sol que me disuelva"), debo aprender a desprenderme de ella.

Debo recordar algo que realmente creí que habría sido mi invención propia de mi inmadurez, hormonas y sobre todo fantasía neuronal

Como esa carta

Como esa pulsera que prefiero siempre traer puesta

Como ese collar de piedra verde

Como esas rosas secas

Y esas fotos pegadas en mi espejo.

0 comentarios:

Design by BlogSpotDesign | Ngetik Dot Com