Desamor

Esto no es una anécdota, ni un recuerdo. Esto es, si acaso, una colección de memorias con una pizca de presente.


Estoy con él. Él, quien guarda mi rostro en sus noches, quien besa mi mano con ternura y sus ojos resplandecen en cuasi sórdida admiración. Sé que me quiere, yo lo sé.

Estoy con él. Hoy, le besaré.

Estoy con él, le beso... con los ojos muy cerrados, tal vez logre imaginarme que estoy con quien sin merecerlo le regalé mi aliento. Besando estos labios tan níveos y llenos de cariño puro, hurgaré en su boca buscando a mi hombre, que no es mi hombre. Para nada es mi hombre.

Él me besa tiernamente, con un dejo de victoria por al fin conseguir contacto íntimo con el objeto de su deseo; pero, no es para nada el caso que me tome como trofeo... no. Él me besa tiernamente, como aquellos hombres que sí piensan en nosotras como mujeres que somos, y no tanto como trozos de carne. No. Él me besa tiernamente, casi con amor, o tal vez incluso ya llegó a la primer fase, ese loco cariño rejuvenecedor.


Y yo... yo soy una mala persona. Le imagino a él, con todo mi anhelo, con cada pizca de mi ser. Ojalá fuera él, con todo y lo mierda que es.

Vida mía, vida de otra, quimera que amo. Él me acaricia un tatuaje ¿lo sientes? Claro que no lo sientes... soy sólo yo, en un monólogo, en una patética fantasía. Eres tú, quien me besa mi tatuaje dedicado a mi hijo, el más valioso de todos. Eres tú, has transmutado, ya estás conmigo.

Amor mío... me besas el cuello, me besas el vientre. Esta noche, después de tanto tiempo esperarte, al menos por esta noche eres mío. Mañana te veré ir, sacudiéndote cualquier indicio de mi existencia y marcharás; pero ahora no pensaré en eso, ahora me dedicaré a besarte y apreciarte, alabaré tu ente porque te manifestaste y estás conmigo.




Amor mío... ojalá, fueras tú. Ojalá pudiera quererte a ti como lo quiero a él, ojalá pudiera corresponderte. Sé que me quieres de verdad, yo lo sé. Sé que soy una mala persona, yo realmente lo sé. Sé que tú estarías conmigo, sé que me querrías con todo y mis cicatrices físicas y mentales... sé que tú no llegarías un día a tu antojo para tomarme y después a abandonarme como muñeca.




Quisiera quererte a ti... pero, no puedo.
Design by BlogSpotDesign | Ngetik Dot Com