Simplezas

A veces envidio a la gente "normal" o como yo les digo, a la gente ordinaria.

Son tan (¿falsamente?) felices con cosas tan sencillas, tan alcanzables, tan fáciles de hacer, algunas hasta instintivas.

O tal vez genuinamente son felices...

A veces envidio a la gente ordinaria. Sería tan normal, tan aceptada, con tan pocos reales problemas, pocos enemigos, pocos obsesivos, pocos buitres a mi alrededor. Simplemente invisible, una más del montón con algún aspecto ordinario medianamente destacable. Tan inofensiva, tan expresiva, tan fácilmente sorprendible... tan no-cansada de estar siempre a la defensiva, tan tradicional, tan llena de amor familiar, tan ingenua, tan creyente, tan oveja. Vería tan fácil y recto mi camino, tan-sin tanto talento de alterar la paz de las personas a mi alrededor.

Sería tan feliz...

con cosas simples.


Pero, no es así.

No puedo ser simple, recuerdo haberlo intentado repetidas ocasiones sin éxito. Recuerdo haberme disfrazado de simplona, fracasé rotundamente.

A veces quisiera ser ordinaria y simple, sería tan feliz; pero, la realidad es que soy complicada y atípica, tan sola, tan llena de tanta mierda... tan rota, tan cansada de muchas cosas; tan talentosa en otras y tan disfuncional en lo más funcional y común... 

No sé qué carajos me pasa, sobre todo no sé qué carajos estoy haciendo. Dentro de mi embarañada personalidad, no existen comportamientos fuera de lo común, sin embargo mis decisiones están tomando rumbos inesperados, tan lejos de mi hábitat caótico (y bello, en fin).

A veces quisiera ser simple, menos complicada, menos yo, menos suicida inclusive; menos dañina, menos adolorida, menos ambiciosa, menos difícil, menos fría: menos yo...


Pero, no lo soy.


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Merced



Nunca comprenderé.

Hay cosas que la ciencia desconoce y tal vez siempre desconocerá, que lleva años buscando su desciframiento y muchas otras sorpresas cuales antes no podrían ni imaginar. Tomemos por ejemplo, la creación del universo o la vida orgánica en arsénico.
Otra de ellas y paradójicamente de la cual se ha escrito, hablado, pintado, caracterizado, homenajeado por los siglos de los siglos, es el amor.

Muchos procesos anatomico-orgánicos han sido explicados contundemente en cualquiera de las facetas del amor, científicamente eso no es un problema.
Cuando nos metemos a explicar qué es el amor con números, reglas, hipótesis y resultados, he allí el problema.

Sin poesías ni dibujos, puede ser explicado hasta evolutivamente hablando: manera de propagar la especie, tal vez.
El ser humano es gregario, tal vez.
Las especies deben de cuidar a sus crías, por eso se inventó el amor fraternal.

Tal vez.


Podría hacer todo un amplio ensayo como breve recopilación para explicar éste fenómeno, pero la verdad y la realidad: es perdidamente inútil.
Antes de todos los adelantos tecnológicos, hace muchos siglos se llegó a la conclusión "el humano es demasiado vasto" y acertaron: hoy día prevalece, mientras más aprendemos nuestra anatomía (llámese las partes ocultas del cerebro o las enfermedades sin cura), más descubrimos lo poco que sabemos, tanto del universo como de nosotros mismos, como individuos y como especie.


Hay cosas que he estudiado con devoción, ésta es una de ellas; camino que me ha llevado por rutas, antes de bondadosas, muy escabrosas.
Y ese camino rocoso, donde nunca terminas de conocerte a ti mismo.

El amor: algo indefinible, misterioso y bien sabido a la vez. Más que el dinero y el instinto de supervivencia, mueve montañas, construye carreteras transatlánticas, recrea mundos, resurrecciona muertos en vida.
Nunca comprenderemos, nunca podremos definirlo. Hasta la ciencia sabe admitir esto.

Pero, si hay alguna otra cosa que no puedo comprender, es cómo un hombre tiene esa increíble capacidad de olvidar tanto amor en tan poco tiempo... sin cicatriz, sin remordimiento.


Necesito un descanso... un lugar, un pecho donde yacer, algo que impida mi cerebro palpitar tanto.

Y Dios me acune, te presento mi alma desnuda y rota, jodidísima penuria; fetichista escatológica, sin premuras. Niña enrojecida, niña, yo, vulnerable, solloza en silencio por el olvido, la incomprensión, la intrascendencia, los oscuros demonios que la acechan.

Y Dios me libre, me han arrancado todas mis plumas ya... más cobarde sería yo si rechazara el calor y un poco de paz.

¡Ya no hay nada más que me quiten esos eunucos cobardes, ni los delincuentes de la calle!

En piezas, leprosa, malviviente, pero en fin: tuya. De nadie más.



Nosotros los farsantes, que amamos como nadie...

Marcela

Me encantan los hombres, los amo sin lugar a dudas. No podría vivir sin ellos, sin su dulce inocencia instintiva, sin su aroma intoxicante y las caricias de sus manos torpes y grandes.

Desde que tengo uso de razón les he estudiado, he dedicado esfuerzo, meditaciones e ingenio para complacerles; ser la mujer perfecta de sus días, sueños y noches en vela.

Mayormente he tenido éxito, mayormente... el resultado de la mujer de ensueños que yo concibo y he elegido podría definirse como... tétrico.

Soy vibrante, soy vivaz

sé qué hacer, sé dónde tocar... sé cómo tocar, sé cómo dulcemente envenenar cada sentido, sé como sumergirles en un mundo de nuevas experiencias, belleza palpable, de aprender a leer una pintura y a escuchar música clásica. Sé qué no decir, sé cómo decir, sé ser fragil y "protegible", sé ser aparentemente inocente, ingenua... sé vestirme de seda, sé el poder irrevocable de mis ojos claros grandes. Sé conversar, sé educarme... sé ser la dama con diversiones inocentes y perversas de una niña Lolita.

Pero, no sé ser la indicada, la del amor real, duradero y del fantasioso extraordinario que todos incoscientemente buscamos (y conscientemente sabemos de su inexistencia). No cocino, no sueño con limpiar vómito de bebé en mi ropa, no soy hogareña, no soy la esposa perfecta (en toda la ironía de mi nula creencia en la falacia del matrimonio). 

Me he convertido en la perfecta amante, en "la otra", en la chica divertida con la cual puedes  pasarte un rato o tal vez muchos, pero en la que pensarías seriamente en sólo considerar presentarle a tus padres. Para quienes poseen un "inquebrantable" compromiso, soy el objeto de su deseo platónico (y platónico por mi elección, ya ni por ellos) de lo que hubiese sido, de lo que hubiese pasado de haber sido sólo un poco más inteligentes antes de casarse con esa mujer hogareña que exactamente no soy... y sin embargo, permanecen con ellas, por hogareñas, por ser perritas sumisas a su alcance y desamparo, su punto seguro de una a-soledad vacía y utópica.

(y es que al momento de callar tanto, dices mucho... cosas que no quisiera pensar demasiado y mucho menos sentir o empezar a sentirlas, mi cruel Misterio disfrazado de cotidiano, finjamos que no sé nada, que no me lo imagino, que no sospecho del nombre y rostro que ronda por tu cabeza y no soy yo, porque honestamente de lo contrario... hay que tener cuidado con las cosas que se piden)

Soy una buena mujer, sé que lo soy... soy esa criatura intrigante que te gusta creer comprender, a veces. Amor como el mío (en cualquiera de sus facetas) hay pocos... (¡Nosotros los farsantes que amamos como nadie!)

Soy buena mujer, no existe táctica más efectiva que esa y sinceramente ya no me interesa. 


No sé qué pensar de muchas cosas e intento no indagar demasiado en la introversión de mis pensamientos conscientes. No sé qué pueda pasar, no sé nada en realidad. La intriga es dulce, la chispa que enciende mis motores de todos los días.

(Sin embargo y muy en el semi-secreto de estos textos, me siento besando nubes de paz y ternura perdidamente...)


Pero, hay algo que sí sé de seguro:

Sin querer, sin desearlo y así es, busco un salvador de lo tremendamente rota y vacía que me siento, un compañero que comprenda mi neurosis, las pasiones de texturas, colores y sabores; un aliado de catarsis, música clásica y juegos infantiles para adultos. Algo ¡lo que sea! que me haga sentir menos incomprendida y muchísimo menos acorde a la frase "quererla, no entenderla".

No sé qué seas, pero tú no lo eres.


Estoy muy jodida, ya no puedo esperar misericordia ni milagrosas iluminaciones que comprendan a este ser jodido, extraño e impetuoso.


Ya no quiero ser la fascinante ni la amante... simplemente felizmente me dejo llevar, pero sobre todo simplemente quiero: ser Marcela.

Nosotros Los Farsantes

Hace días que he querido formular la siguiente patética lo-que-sea prosa.


Nosotros los farsantes,

los que amamos al desamor

hasta la última partícula

el final susurro

de un amor mal parido.


Nosotros los farsantes,

creando lo ya existente

excusando la inmadurez

renegados conscientes

elitistas sin logros.


Nosotros los farsantes,

creadores nocturnos

el óxido de la ojera

danzantes desnudos en el frío

iris sangrado,

noches por mero gusto en vela.


Nosotros los farsantes,

los que amamos como nadie

los mediocramente fascinantes,

los seductores vampiros en fantasías,

tímidos como ratones en todas las realidades.


Nosotros los farsantes,

los que crean

los incomprendidos

los falsamente antagonistas


Los que amamos como nadie más tiene capacidad de amar...


Octubre


Llevo varios intentos fallidos para articular oraciones, ideas y párrafos concretos dignos (ja) a lo que este espacio nihilista se refiere.

Y qué decir.

No sé qué pensar de ya los pasados 21 años… fue un año de descubrimientos muy dolorosos. Lo rescatable es el aprendizaje por ser menos visceral, víctima de mis emociones y un poco más céfala.
Y hablando de eso… no estoy segura qué tiene eso de bueno. Estoy en un punto donde ya no puedo volver atrás, donde hay que madurar y dar vuelo alto al real inicio de tu vida. Un poco aterrador debo decir.
Sin embargo mucho me temo haberme perdido en decisiones conscientes, justo dentro de la introversión… soy un ser impetuoso y completamente vivaz, ansioso de conocer tantas cosas.
Y es a dónde nos referimos al ¿Qué será?
¿Qué será de mi?
¿Me comerán los buitres como dijo la profecía o tendré los suficientes ovarios para comérmelos yo a ellos?
Y es que falta la contextualización…
Esta pasión no buscada, el latir de todo mi sistema circulatorio, el olor del aceite, emular a Dios y convertirte en creador de colores, matices, formas, seres, ecosistemas, deidad de sueños, portador de ideologías, de amores, de historias y de la belleza más pura jamás comprendida.
Pasión… obsesión… pasión… obsesión…
Sea lo que sea, ni los años, ni la gente, ni las críticas, ni el hambre, ni la realidad han sofocado esa llama. La razón de mi existir asimismo todo lo que lo rodea… la soledad que coexiste en ella de portar un don/maldición incandescente, que no cualquiera comprende. Ya no me lamento por el sueño arrancado… sólo suspiro con nostalgia y algo de alivio, pues mi mente en un leve intento de volar… ya no puede, ya no puedo. Libertad.
Sólo entonces me encomiendo a la soledad de mi camino y desolación de mi objetivo, al camino duro que me espera, al peligro de mi propia vida, a la jungla urbana, esperando un día encontrar lo que no sé qué estoy buscando.
Y mientras tanto, querido eunuco criptorquídico, ruego por lo inexistente que el karma no sea tan duro contigo (la realidad es que sé que así será).

Me iré con la consciencia limpia y pura, llena de esperanzas, esperando lo peor venidero, sin anunciar mi destino y lista para confesarme por si muero en el intento (y moriré feliz haciendo lo que me hace feliz).



La luna de Octubre es la más hermosa de todas… a 22 del 22 con una radiante luna blanca sobre lo negro sin estrellas, creo en mi marchito corazón haber visto señales no sólo de la belleza incomprensible, tan obvia y tan invisible, sino del camino que en este año me espera: solitaria y radiante, en busca de estrellas y Marte.

Carta Lírica a Otra Mujer

Vuestro nombre no sé, ni vuestro rostro
conozco yo, y os imagino blanca,
débil como los brotes iniciales,
pequeña, dulce... Ya ni sé... Divina,
en vuestros ojos, placidez de lago
que se abandona al sol y dulcemente
le absorbe su oro mientras todo calla.


Y vuestras manos, finas, como aqueste
dolor, el mío, que se alarga, se alarga,
y luego se me muere y se concluye
así, como lo veis, en algún verso.


Ah, ¿sois así? Decidme si en la boca
tenéis un rumoroso colmenero,
si las orejas vuestras son a modo
de pétalos de rosa ahuecados...


Decidme si lloráis, humildemente,
mirando las estrellas tan lejanas
y si en las manos tibias se os duermen
palomas blancas y canarios de oro.


Porque todo eso y más, vos sois, sin duda
vos, que tenéis el hombre que adoraba
entre las manos dulces, vos la bella
que habéis matado, sin saberlo acaso,
toda esperanza en mí... Vos, su criatura.


Porque él es todo vuestro: cuerpo y alma
estáis gustando del amor secreto
que guardé silencioso... Dios lo sabe
por qué, que yo no alcanzo a penetrarlo.


Os lo confieso que una vez estuvo
tan cerca de mi brazo, que a extenderlo
acaso mía aquella dicha vuestra
me fuera ahora... Sí, acaso mía...


Mas ved, estaba el alma tan gastada
que el brazo mío no alcanzó a extenderse:
la sed divina, contenida entonces,
me pulió el alma.... ¡Y él ha sido vuestro!


¿Comprendéis bien? Ahora, en vuestros brazos
él se estremece y le decís palabras
pequeñas y menudas que semejan
pétalos volanderos y muy blancos.


¡Oh, ceñidle la frente! ¡Era tan amplia!
Arrancaban tan firmes los cabellos
a grandes ondas, que a tenerla cerca,
no hiciera yo otra cosa que ceñirla!


Luego dejad que en vuestras manos vaguen
los labios suyos; él me dijo un día
que nada era tan dulce al alma suya
como besar las femeninas manos...


Y acaso, alguna vez, yo, la que anduve
vagando por afuera de la vida,
-como aquellos filósofos mendigos
que van a las ventanas señoriales
a mirar sin envidia toda fiesta-


me allegue alguna vez a vuestro lado
y con palabras quedas, susurrantes,
os pida vuestras manos un momento,
para besarlas, yo, cómo él las besa...


Y al recubrirlas, lenta, lentamente,
vaya pensando: aquí se aposentaron
¿cuánto tiempo, sus labios, cuánto tiempo
en las divinas manos que son suyas?


¡Oh, qué amargo deleite, este deleite
de buscar huellas suyas y seguirlas
sobre las manos vuestras tan sedosas,
tan finas, con las venas tan azules!


Oh, que nada podría, ni ser suya,
ni dominarle el alma, ni tenerlo
rendido aquí a mis pies, recompensarme
este horrible deleite de ser mío
un inefable, apasionado rastro...


Y allí en vos misma, sí, pues sois barrera,
barrera ardiente, viva, que al tocarla
ya me remueve este cansancio amargo,
este silencio de alma en que me escudo,


¡Este dolor mortal en que me abismo
esta inmovilidad del sentimiento,
que sólo salta bruscamente cuando
nada es posible!

Alfonsina Storni


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Opio

Quiero mi religión, quiero mi opio, quiero mi anestésico. 

Es parte del proceso, me hubieron dicho... todos alguna vez pasamos por un momento de vacío. No sé si este sea la terminación de ese estado catatónico y tan despegado de toda realidad y emoción humana, pero lo único que sé es el hecho de hoy sentirme mejor, en aburrición del limbo cual ahora muy a veces me encuentro.

Es extraño superar todo complejo restante de inferioridad mismo que siempre me ha perseguido desde tener uso de razón. Estoy en busca de direcciones y de chispas, eso es mucho mejor que la nada donde me encontraba.

Este año descubrí tantas cosas: me deshice de mi eterna ira, de Dioses inútiles, de ilusiones estúpidas y de cortinas hormonales que sólo nublaron mi visión y mi vista.

Sé lo que quiero, sé lo que amo, sé que soy muy joven, sé mis defectos, sé mis cualidades, sé muchas cosas primordiales para lograr esa irreal felicidad que el humano está condenado buscarla toda su vida.

 


Y bueno... la vida da muchas vueltas, algunas tan abruptas que jamás las pude haber imaginado. Es esperanzador y muy bonito...

A fin de cuentas, generalmente los finales suelen ser muy tristes; pero, los comienzos como éste son interesantes, intrigantes, misteriosos y el adereso extra que el destino siempre pone en mi vida.

Los hombres son el opiáceo de mi vida: todos tan diferentes, intrigantes, torpes, intensos, descuidados, enamorados y magnetizantes. Esto puede sonar muy genérico, pero tómese en cuenta el individualismo de cada uno.

Mi vida amorosa para el público en general ha sido un incoherente y gigantezco desastre, pero no es así. Me he equivocado mucho y hubo situaciones que jamás debieron de ocurrir, sin embargo me quedo con lo bueno que pocas de ellas me dejaron.

(OK, admitiré que hubo 1 o 2 ordinarios por ahí, esos ni al caso)


Soy muy joven: me falta mucho por vivir, por amar y por hacer. Hago lo mejor que puedo y obro bien cuando puedo... muchos años pasé en un lugar oscuro de destrucción y autodestrucción que no me trajeron nada bueno. 

No colecciono corazones: colecciono experiencias...

y ésta es una muy interesante.

Agosto

Agosto es el peor mes en mi calendario, no sé por qué simplemente he observado de unos años para acá ese resultado...

Le canto a mi luna solitaria, oyente de mis plegarias y absorvente de mi llanto. 

Nada eres, nada fuiste y en nada te convertirás.


Dios, me has abandonado a merced de humanos mediocres y egoístas, me has dejado sola... completamente sola, sin rumbo, sin ti, sin nada en lo que yo creía, sin credo...

Sólo yo y mi cerebro y el conocimiento y la información y el progreso existencialista y las tareas y el quehacer cotidiano y la urbanidad y la violencia y éste ser hueco.

Dios mío, hasta tú me has abandonado... nunca la nada se había materializado tanto, nunca mis demonios se habían vuelto tan inverosímiles y creativos, nunca había recogido tanto hielo, nunca me habían picado tanto los talones y uno y otro y otro y otra vez y una vez más y de nuevo...

Estoy sumergida en un abismo espiritual que no conocía antes; no lo representa nadie en especial, es y ya: un caldo con ingredientes del pasado y sobrecondimentado con tragedias del día de hoy. La razón sólo me empeora.

Ni Nadie

Préambulo.

Mañana vuelvo a mi normalidad, nótese el sarcasmo.

Explicaré...


Mañana vuelvo a los retos, al corto tiempo, a ser dueña de mi tiempo y sin tiempo para estupideces (y sobre todo sin tiempo para estúpidos). Mañana volverá mi concentración en mis proyectos, enfocaré mis objetivos y metas... recordaré mis sueños. 

He sobrepasado mis maestros, superado a mis ídolos y me he decepcionado de muchas otras personas quienes alguna vez envidié. Ya no soy alumna: ahora soy una adulta.

Ya basta de hombres, de distracciones y superficialidades (sobre todo de superficialidades).


Nada

Nada es como yo me lo esperaba, absolutamente nada. Me gustaría creer que es mejor de esta manera, en este camino y bajo este trayecto... pero, no es así. No el día de hoy, no este presente, no en este plano astral, ni en este tiempo ni en esta dimensión.

Es poco peor de lo que imaginaba... dice el dicho "cuidado con lo que pides porque puede que se te cumpla" y así fue: mucho tiempo duré anunciando no desear compañía del tipo amoroso cobijada de muchos tipos de excusas... pero, era sólo yo engañando a los demás, era yo que simplemente le quería a él y a nadie más.

Las cosas han cambiado, me siento profundamente abatida. Desde que tengo uso de razón siempre tuve una razón, hoy y aqui admito que muy, muy dentro de mi he sido y tal vez aún soy una niña muy romántica: siempre tuve un príncipe por quien suspirar y dirigir mi cariño y a veces incluso mis trazos. Me he encontrado por primera vez con esto: vacío... nada.

Pese que siempre he convivido con ella, la soledad se me está saliendo de las manos. He luchado por no volver a viejos vicios mentales autodestructivos, pero no sé por cuánto tiempo podré seguir alzando los tratados de paz.

Me gustaría creer que es mejor así, con una lista muy llena de sueños no cumplidos y un corazón cada vez más difícil de reparar. No puedo engañarme, la realidad es triste y cruel: me he empezado a hacer adulta, de esa adultez donde comienzas a darte cuenta qué dolencias y achaques te acompañarán el resto de tu vida, donde las ojeras se ensanchan, las facciones denotan más rasgos y tus eternos acompañantes demonios cuales siempre te morderán tus talones de Aquiles.

Me encuentro con una sed insostenible, sin embargo hay cosas que se aprenden bien pues sólo el tiempo puede enseñar: una de ellas es la duda en el azul cobalto del cielo, otra es no buscar tesoros donde sólo hay joyas y otra no sé cuál sea la importancia es... la seguridad de un día él leerá todo esto y espero, sólo espero que sienta una octava parte del dolor que me ha causadi; también espero por cuarta parte al menos, la consciencia de que ya nada será igual y no por mejoría.


Y raspando en alguna parte de su ser si es que realmente me quiso aunque sea un poquito, el saber de haberme perdido por seguro.


Hoy quisiera creer que este camino es mejor, pero no puedo... ya tampoco puedo sostenerme de la puta esperanza "algún día será" porque desde el fondo de mi alma y sin engañar a nadie ni a mi misma ya no lo quiero así: ese límite nunca tuvo que cruzarse, pero lo hizo ¿Por qué?... ahora todo está perdido.


Mis acompañantes de soledad (de esos puede haber varios juntos así como separados) me han dicho "es un pendejo, no te merece" y eso ya lo sé, pero ellos no me merecen más.


No tengo rumbo, no tengo dirección, ni meta, ni objetivo: esto es un vacío, un inmenso vacío que ni mis pesadillas me han podido advertir de su existencia. 


Y así por el día de hoy: vivo.


"Sólo Dios sabe cuánto te amé..."  G. García Márquez, en "El Amor en Tiempos del Cólera"

Dios Ha Muerto



Nunca me sentí tan estúpida y tan burlada de la persona que menos me lo esperaba.

No sé si siempre lo hago, pero siempre escribo aqui con alguna especie de dedicatoria y hacia alguna persona, casi siempre la misma.

Eso fue antes, ya no.

Hoy no me dirijo a nadie, me limito a expresar la profunda tristeza que me invade al haber tomado la decisión que nunca, NUNCA imaginé tener que hacer. Y es que es una tragedia... tener que dejar asociar tantas cosas y dejar en "stand by" tantos, tantos recuerdos de tantos años al menos hasta que dejen de doler... aunque el resultado no cambiará, ni hoy ni mañana: me he ido, me he perdido en mi... ya no hay vínculo, ya no hay esperanza, ya no hay corazón que chingar. Sólo queda un vacío que no está tan hueco y la agriedad de una traición tan... inesperada.

Ya no espero la aprobación ni que escuche mis desventuras, mis conclusiones y nuevas filosofías... ya no espero finalmente agradarle, ya no espero serle suficiente... ya tuve suficiente. Esto es muy bueno y muy malo, pero sobre todo muy doloroso. No quería superarlo, quería cultivarlo y ser frágil y estúpida... sin embargo nada está saliendo como yo creía, como yo esperaba y como yo rezaba.

Entonces, este es el fin de una historia que comenzó en mi nada tierna pubertad, el fin de enseñanzas, el fin de ilusiones, el fin de los encuentros anuales, el fin de crecer para alguien... aunque mi cabeza me esté torturando en mis sueños presentandome escenas de las cosas (y de la persona) que realmente anhelo, la decisión está hecha. Por mi bien, me conozco bien...

Eventualmente pasará, esta intrascendencia actual (porque sé por seguro que esa etapa de olvido acabará algún día y ese día como hoy ya no estaré) y esta tremenda desolación que siento...

No soy religiosa, sólo creo fielmente en el Karma... y creía en esa misión, ese objetivo, esa felicidad. Ahora ya no la tengo, mi iglesia se derrumbó "Dios Ha Muerto".

Y parte de mi con él.

No más lamentos, no más pinturas, no más prosa, ya no... esto es lo último.

Me voy y que el karma se encargue de ti, nada más.

Adiós.

Así.

A la rechingada puta madre esa inútil inespera,
¡A la chingada!


Esperaba que no tener palabras para describir lo sucedido y lo presente fuera por júbilo.

¡PERO, NO!

Sólo este pestilente día realmente desearía no haber hecho tantas cosas, no haber conocido cierta gente y que no hubiesen sucedido tantos eventos que hoy se conjugaron en una amargura que apenas puedo soportar.

Desearía tener otra vida, otro lugar, llamarme de diferente forma, fuera, lejos...

Quisiera no haberme quitado la ira ya que hoy sólo me queda este dolor en la boca del estómago, el nudo de la garganta y una indescriptible nostalgia...

Las Horas


Estoy mucho muy lejos de estar sana, hoy y mañana.

Siempre he tenido la idea de que hasta el presente he vivido una vida muy particular y extraña. Hay cosas que ya no expondré pues siento estar tomando una presunción que no me pertenece, mas de las que estoy sumamente orgullosa.

Fuera de eso, hay un tema en particular que siempre hubo rondado en mi vida desde recibir uso de razón, esa cosa nada esperada por la mayoría de las personas conocidas mías: esa cosa llamada amor.


No es nada anormal, incluso para una persona como yo: desde muy tempranas edades a todos nos invaden con conceptos muy maduros del llamado amor sexual (o amor de pareja): ese príncipe azul, el “…y vivieron felices para siempre”, bodas, promesas de amor eterno, etc. Y por supuesto, las bellas demostraciones de afecto en el núcleo familiar.
Desde muy, muy niña me vi obsesionada con encontrar ese príncipe azul y fue todavía peor con vagas historias que recuerdo donde los amores empezaban precoces, maduraban y eran “felices para siempre”. Quería ser yo, quería encontrar ese amor legendario. Los adultos se alamarmaban un poco y siempre cerraban con un “eres muy niña” o algo por el estilo. Siempre quise encontrar a ese niño quien sería mi amor para siempre jamás, irónicamente fue lo contrario: patita fea y rara, pocos niños/niñas querían jugar conmigo.
Todo esto es normal, supongo… llegó a su nivel crítico yo aún siendo demasiado joven, en temporada de secundaria. Creí haber encontrado ese amor el cual relataban los libros, películas y fotografías… y poquito peor, toda esa idea hiperflua fue incrementándose a niveles bastante insanos después de lo que yo creí estar viviendo un “amor épico, dramático y prohibido” (naturalmente, mis padres estaban escandalizados y furiosos de las pretensiones provenientes de un muchacho 4 años mayor que su hija de 14 años, de barrio bajo, malas fachas, pantalones holgados, mal educado sin oficio ni beneficio). Creí que eso era, eso era lo que buscaba… y creí ser muy afortunada de haberlo encontrado, entre otras desfachateces que no quiero ni acordarme.
Fueron tiempos muy oscuros, donde odiaba a quien no debía ser odiado y amaba a quien no debía ser amado. Todos los días doy gracias por haber salido casi ilesa, me muero de vergüenza al ver a mi familia quienes sólo buscaron mi bien y acertaron, y sobre todo sin un embarazo.
Dicen que en la adolescencia se sufre/goza del amor verdadero, y puedo sustentarlo… sin embargo, no es del todo cierto: los adolescentes amamos la experiencia y sobre todo amamos con la cabeza de abajo.
Años después de haber apenas madurado y sólo un poquitito, quise poner a prueba todos esos sentimientos que realmente sentí, todas esas promesas puras y verdaderas que en su momento hice…

¿Resultado?
Nada. Ese fue el resultado.

Ya no éramos adolescentes, nadie estaba en contra nuestra: sólo éramos nosotros a secas y ya… dos personas en diferentes etapas, nada en común, con un sentimiento de vieja nostalgia confundiéndose con alguna especie de cariño. Sólo los recuerdos quedaban y la mayoría amargos para variar.
Desde entonces que fue el inicio de mis crónicas acerca del amor, pues…

He pasado por ya algunos hombres, me enamorado y vuelto a enamorar… fugazmente, cabe destacar. Lo he intentado, he querido ver cosas fielmente creyendo que de esa manera alguna vez serán…


[…] “He amado mucho

Pero todo amor fue magro

Que todo amor lo conocí con mengua”…


Mi mayor inspiración es el amor, el desamor más que nada (oh, dulce lector inexistente y ciego ante lo evidente, que pobre eres). Todos los días pienso en él, en todo momento y cada hora pues siempre pienso “algún día será, no importa cuando pero será”. Soy poco original, pues es la mayor inspiración del 98% de las personas en todo tema.
Cualquier otro día unos dos meses atrás hubiese expresado mi indiferencia al deseo de saber cuándo será, pero no hoy… ya no es así, por ahora.

Hoy me siento enferma, enfermiza. Todo objeto inanimado, temporal, situación o cotidianeidades se las he atribuido a la memoria persistente de una persona. Tengo fotos pegadas en mi espejo, cargo como amuleto su desgastada pulsera y esta angustia diaria descargándose en la ya jodida boca de mi estómago. Las próximas horas serán las peores…

No sé si esos cuentos de novelas y películas sean reales, ya no sé en qué creer, ya no sé nada en este mundo.
Suspiro mi agonía y rezo en secreto.
Este amor no lo conocí con mengua y ha sido de todo menos fugas.
Y ahora: espero…



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And Days Go By...

Habiendo encontrado paz en muchas, muchas, muchas cosas sobre todo de algunos viejos rencores, me encontré divagando como de vez en cuando lo hago; esta ocasión fueron simplemente... no sé, cosas pasadas, amores pasados dejando un poco de lado todo el "más mal que bien" que me dejaron.

Sólo bajo esas condiciones, pues... fueron ni buenas ni malas experiencias, sólo "experiencias" que fueron y ya.


Y sin embargo, espontáneamente se me ocurrió preguntarme el eterno "¿Qué hubiera sido si...?".

Cada cosa que ocurrió fue rodeada de un montón de circunstancias y factores, a orgullo mío puedo decir que la gran mayoría yo no tuve control sobre ellos, yo no cociné la fórmula del desastre. ¡Pero fue un total desastre siquiera concebir mi metida de dos patas al introducirme a esos caos!

Soy joven, con mucho por aprender y cometo errores sin temor a cometerlos... ¿Qué tal si... qué tal si hubiésemos retrocedido el tiempo y las circunstancias fueran las adecuadas?

Pero tal cosa no existe y las cosas pasan por algo, de eso estoy muy segura.

Mientras tanto, seguiré divagando al mismo tiempo de la expectativa prontamente venidera... esos nervios, la jodida paranoia que no puedo quitarme de encima pues siempre he de tener presente "Marcela y la teoría del caos": algo puede ocurrir, ¡Lo que sea!... algo siempre me ocurre a mi, siempre. 


Y si mis temores se cumplen, será desaparecer la última siempre única y siempre presente esperanza que me queda. Eso no es alentador, pero como buena aprendiz de logística que alguna vez fui: siempre hay que esperar lo peor. Y es que no puedo ni imaginarme que tan catastrófico sería eso... sería como llegar al exacto límite del universo y encontrarse con nada.

¿Para qué vivir entonces si nada hay?

No tan así pero, que madriza me daría.


Ahora mismo dejaré de suposiciones nostálgicas y de suposiciones dañinas, no me queda más que llenarme de todos estos quehaceres encomendados y propios; dejar los días pasar, pasen y ya.

Seguiré convirtiéndome en mejor mujer, mejor en lo que pueda... así si lo peor sucede, sabré con certeza que definitivamente no habré sido yo...

Pero ojalá que eso no suceda, rezo muy a mis adentros esperando al destino y karma su mejor decisión me arremetan.


No queda más que extrañar... y esperar.

Evolución.

En cada persona pese a la evolución que lleve en su carácter y personalidad, existen pequeñas constantes cuales te definen e identifican como persona. A veces a través de los años las vamos llenando de capas y capas de tierra hasta que pareciera haber desaparecido, cuando en realidad simplemente estuvo enterrada todo este tiempo (y aún así, brotan raíces dando a luz una micropartícula proveniente del ente enterrado).


Hoy me pregunto ¿De dónde demonios saqué tanto cólera, tanto rencor? durante el día de hoy me hice esta cuestión y obtuve montones de razones (las cuales pese a todo, siempre lamentaré), mismas que son absolutamente irrelevantes.

No sé cuánto tiempo me pasé negando mis enojos, pues ya es diferente.

Desde el inicio del presente año tuve un reencuentro nada esperado ni deseado con mis raíces, durante el cual odié la mayor parte y la otra parte no fue más que un coraje en la boca del estómago. Me negué de ellas y hoy lo sigo haciendo, probablemente esto nunca cambie pues nada me une a ellas excepto la sangre.

Pero, muy aparte de ese apartado que no carece de importancia, están todas esas situaciones que se atraviesan conforme los años. Pude controlar lo que me compete, lo que yo hago, lo mío, de mi, para mi (que es de donde viene la mayor parte de mi cólera) y lo que no, pues...

Hubo muchas, muchas cosas donde no tuve control ni decisión, hay personas de mi más tierna niñez que hoy no saben cuánto me hubieron afectado de tal vez inconveniente manera hasta consecutir en la persona que soy el día de hoy (eso es de lo que me lamento). Y bueno... ¿Ya qué se le hace?.

Aterrizando al presente, no escribo para quejarme al respecto e incluso todo lo contrario. Después de ver la rosa, gris, negra realidad respectivamente, finalmente me encontré con la propia: ira. De muchos años.

Hoy ya no recuerdo el sentimiento que me acompañaba diariamente y del cual sacaba energía para hacer montones de cosas, ya no recuerdo nada de eso.

Finalmente... me encuentro con una paz que simplemente no sabía de su existencia (como esas personas que nacieron con males de la vista y según ellos ven "bien", hasta que un día se ponen lentes y observan la gran diferencia).

Hoy me encuentro anímicamente en paz, lo cual es un logro personal muy grande. Ahora sólo me falta ponerme de acuerdo y con bandera blanca hacia todas esas cosas enterradas de mi persona a la personalidad yacente actualmente.

Y llevo todas las de ganar.

Mar y Cielo

Luz crepuscular gris.


Hace tiempo he querido escribir y sin embargo todas las ideas se me resbalan como agua clara entre mis dedos. ¿Por qué? Simple: me consumo en responsabilidades y quehaceres.

Dejando de lado mi inminente e innegable mortalidad y finalmente articulando algunos enunciados y párrafos que a veces concuerdan con el desmadre de ideas coexistentes en mi pobre cabeza, a uds. lectores que sólo existen en mi cabeza y más que nada al vacío desolado del cual siempre le he pertenecido, les contaré una historia...


Hace algunos años, nació una beba, la última cría que tendría esta ya avejentada pareja. Menor de 3 hijos, todas personas ya bastante pisadas sobre la tierra. Cabello lacio, oscuro como ala de cuervo y ojos grandes negros. Muy chillona, por cierto.

Esta criatura no debió nacer según las estadísticas. Casi moría incontables veces durante esos 9 meses de lucha desde ya ni tener uso de razón, sino apenas comenzar a existir;  por supuesto que desde entonces una completa lata hacia su abatida madre, quien debería morir con el producto si esto ocurriese y no poéticamente hablando sino ya como hecho médico.

La conclusión del embarazo de (muy) alto riesgo fue un festín sanguinario de madrugada y dos umbrales mortales...

Y en eso, vida.

La beba, apodada por todo el masivo personal médico "la bebé que logró nacer" nació con mucho cabello y mucho llanto. Nació y su madre sobrevivió. Ese día, todas las enfermeras y doctores del hospital fueron a verla porque fue la bebé que logró nacer.

¡Muy chillona la beba! curiosamente, calló su llanto sólo hasta haber llegado a su hogar.


Creció y ya camina. Curiosa como toda niña... su cabello lacio y negro en forma de hongo. Blanca como la leche.

Tenía montones de juguetes, pero nunca con quien jugar. Aprendió a imaginar. Escuchaba a su hermano y padre tocar hermosas melodías, ella nunca pudo así que sólo aprendió a bailar.

Dejó de ser "la beba que logró nacer" por "la niña que siempre sonreía"

"¿Por qué siempre estás sonriendo?" todos le preguntaban.

"¿Por qué no lees? yo ya leía a tu edad" era otra pregunta recurrente de su hermano.

"¡Salte de mi cuarto!" el grito común de su hermana.

("Siempre sonreías, eras la alegría de la casa. Reías cuando te despertabas, incluso cuando soñabas" me dijo ya en tiempos más actuales).


Un día, jugando sola como casi siempre lo hacía y renegando el desayuno, vio algo muy curioso en la televisión: un hombre con peinado exhuberante y extraño creando montañas con su mano y un artefacto, y colores, y explicaciones, y sonrisa, y nubes, y árboles... le pareció una cosa sorprendente y sencilla. Lo intentó.

Falló.

Lo intentó otra vez.

Falló.

Lo intentó repetidas ocasiones...

y falló.


La niña crecía. Pelo largo, lacio y oscuro, piel de leche, ojos grandes marrón. Sonreía y quería tener muchos amigos para que jugaran con ella.

Los niños no entendieron la música, ni el ambiente, ni la casa, ni por qué la niña era tan callada. Sólo extraña.


Niña pequeña... crecía y aún sonreía. El cabello se le empezó a ondular, pero era tan negro como siempre; sus ojos grandes no parecían perder ni la luz ni su tamaño, pero sí color.

Los árboles no salían, ni los caballos, ni el rostro de su madre... tal vez no era lo suyo.

Niña pequeña, recordaba lo que en las películas de Walt Disney veía: el príncipe azul.

Ella quería ese príncipe azul ¿Quién no querría un príncipe azul?

Niña pequeña, ¿qué tenía de diferente? ella no lo entendía, ni le gustaba. ¿Por qué tanta burla, por qué tanto desprecio?


Pubertad. Aún soñaba y sonreía. Quería hacer amigos y hacer todo lo que en la TV salía. ¡Y el príncipe azul, no lo olvidemos!

Y los hizo.

Y el príncipe azul apareció, después de "tanta" espera.

...Y la tormenta, comenzó.


Pubertad. Aún soñaba. Cuentos de hadas, "por siempre jamás". Gritos aqui, gritos allá. Cosas que vivió, que no debió vivir aún.

Quería vivir, ser madura y casarse ya. El príncipe azul no podía esperar más, ni los hijos, ni la felicidad.

Y esos amigos que hizo, ¿cuál fue la razón de la violencia emocional? Ella no lo entendía, sólo había confiado en todos, como en los cuentos de hadas decían.

Los arbolitos aún no salían, ¿Ya para qué intentar?

"A tu edad yo ya había-[...]"


Adolescencia. La muchacha ya no sonreía y a veces soñaba. Simplemente juró "nunca más" y se encerró.

Príncipe azul no fue azul, fue apenas un verde color excremento bovino y para nada príncipe. "Con este próximo, será"

Muchacha salió al mundo exterior, apenas conoció el centro de la ciudad. Algún hombre misterioso la empujó fuera de su temor y estado ermitaño.

Vio árboles, como los de antes, pero no sólo eso sino un bosque, caras, cuerpos, matices. Había todo un mundo allá afuera y ella necia a encerrarse.

Y simplemente juró "nunca más".

(Por ahí un "te falta malearte")


("A tu edad yo ya había-...")


Adultez. Joven, sin esperanza, sin parches y sólo heridas abiertas. Jungla urbana, humano extraño y cruel... pero, había todo un mundo allá afuera y decidió cesar su dolor.

"Nunca más" juró.


Y ¿el príncipe azul? hubo muchos más, en el mejor de los casos sólo camuflajeados de azul y algunas otras mero daltonismo. Humano extraño y cruel, pero todos somos humanos por igual.

¿Príncipe azul? no hay nada azul, sólo hay matices. El humano está lleno de matices, no existe persona únicamente triste y gris, y no existe persona únicamente roja y feliz lo cual es todavía más hermoso que la fantasía original, si aprendes a verla. Cuentos de hadas... bonitos, para soñar de vez en cuando.


Actualmente habiendo pasando todas las tormentas que cada uno pasa a como le toquen, he aprendido mucho. No debería ser necesario, pero explicaré la conclusión:

Amigos míos, anónimos, ocasionales, conocidos y/o inexistentes, deben de comprender ciertas cosas.

Desde que existo en células he luchado por sobrevivir (lo cual es meramente poético). Habiendo pasado varios, muchos años siendo constantemente herida por la inmadurez de muchísimas personas la mayoría que yo le guardé un cariño muy, muy puro e inmenso, se me acabó la decepción, se me acabó el odio, se me acabó el desprecio. 

Nunca he sido suficiente y siempre me sentiré insuficiente, eso no es algo que pueda cambiar (ni quiero cambiar, como un mal necesario de mi nulo o eficiente progreso). Nunca he sido suficiente para nadie, si acaso burdamente extraordinaria para la gran, gran población de hombres que dijeron, dicen o supondrían amarme, pero eso sólo es parte de la extrañeza que por alguna razón siempre he sido. Nada más.

Siempre me he sentido sola y ahora funciono mejor estando sola, aprendí a aceptarlo y la misma comprensión amplia de la soledad misma conlleva mucho alivio, paz y un preambulo de cosas mejores.

He sido una lata para todos desde antes de nacer.

Mi hostilidad es un producto superficial de muchos, muchos años de haberla recibido. Y sucede que la hostilidad nunca se acaba, no en esta vida. Superficial...

(Y eso que he omitido los detalles más escabrosos)


La experiencia no sirve de nada si no aprendes de ella,

y este es un cascarón que ya no puedo quitarme.


A mi de algunas cosas ya no me cuentan... dejen de presumir que no he soñado, que no he conocido, que no comprendo

y sobre todo que no  he amado.

Aquel

A un lado de mi cepillo hay un frasco, dentro de ese frasco hay aceite de linaza; a ladito del aceite de linaza, hay algunos cuantos centavos; a un lado de los centavos, botones. A un lado de los botones,  maquillaje; a un lado del maquillaje, un algodón sintético pintado de muchos colores. A ladito del algodón, una paleta con pintura seca; a un lado de la paleta, un broche...


Mucho se dice, mucho se rumora. Muchos hablan, pocos aciertan.


En estos dos días hubo una pregunta y más que una pregunta, una trivia para mi "EXTENSO" público invisible: 

Conociéndome aunque sea un poco, ¿Cómo sería aquel hombre del cual una mujer como enamorase?

Yo... una cuasimujer, pseudo adulta. Quejumbrosa, vanidosa, imperativa, antipática, noctófila, egomaniaca, cínica, irreverente, exigente, etc., etc...

Por alguna reverenda razón, ya van algunos cuantos valientes que se han dado a la imposible tarea de conquistar estas tierras tan hostiles. ¿Valientes? ¡Estúpidos, diría yo!. Mis muchachos, soy demasiado compleja para su entendimiento (y compleja de más malo que bueno).


Las personas que hablan con desprecio acerca de "x" tema no puede ser a base de prejuicio, sino con conocimiento de causa. Muchos me creen amorosamente amargada y tontos uds. quienes creen que no conozco nada de lo que hablo

(y desafortunada de mi por conocerlo...).

¡Y tantas cosas que conozco y tantas más que he de conocer!

He encontrado casos, pequeños y aislados casos donde la tundra verde oscurese o el viento helado calidese, o que la luna alumbre el cielo matutino... pero, sólo fue eso: casos aislados, de 1 sóla cualidad que medio florece. ¿Y todo lo demás que nos compone como humanos, todo eso que podemos desarrollar en el cerebro? ps, ¡a la chingada!.


Yo, ¿y tú?

Todo junto, toda inteligencia callejera y aprendida, brutalidad y ternura, ciencia y arte, cerebro y emoción.


¡Una composición entera!



¡BINGO, BINGO!


¡Delirios de una loca que hace mucho encontró su composición gráfica-espacial-visual perfecta!

¡Todo en 1, todo en 1 solo ente, ser, humano, hombre, estepa verde!

Edén del cual comí manzana, ¡siempre estuvo ahí!


¡Todo está en su lugar: neurona aqui, aliento (y el mío robado también) allá; clave de sol dentro y fuera, aura delirante, hipnosis vibrante, gruñido y sonrisa, melodías y caricias!

¡Mi composición, mi cuadro perfecto! La textura ideal...


Tierra de ti, tierra dósil, tierra fértil, tierra que sueña por ti.

For What It's Worth


Sí, tengo una característica no muy vista la cual es entregarme completamente a lo que yo creo que vale la pena  (o cuando no tengo otro remedio, cárdiamente hablando), y esto no es exclusivo hacia los humanos.

Pero, ¡hablemos de los humanos!


Hoy escribo con sólo un poco de resentimiento y todavía sorpresa, pues lamentablemente la estupidez humana siempre encuentra la manera de sorprenderme.

¿Cuál fue la sorpresa? ninguna, para sorpresa mía. Ya me lo esperaba y de hecho siempre lo supe. ¿Para qué quejarse? pues, elementalmente para quejarse, no'más.

... ¡Que puta ordinariedad, ya déjame en paz! Te desprecio, no eres para mi aunque yo sea para ti.


Y maldita de mi, maldita de mi cabeza y maldita de la coraza pericardia yacente en mis entrañas, que a veces  se agrieta y virulea la vista.

Tú, ordinariedad que me persigues, soy demasiado para ti y para tu mente chiquita y corazón inmaduro. No soy tu chispita ni me asemejo en absoluto a toda la bola de simplonas que les encanta sollozar por una uña rota.

Y maldita mi coraza por agrietarse y virulear mi vista, pues eres tan ordinario como cualquier otro:

promesas vacías, ¿Qué clase de sorpresa es esa?

Ninguna, de hecho. Lo cual es todavía más patético.


Pero, for what it's worth, sólo se ha acelerado lo inevitable dándome desde ahora mismo plena libertad y todavía más esfuerzo. Mi nube eterna sin remordimiento, el trayecto que seguiré si antes no me muero.

A la chispita mía, por la que siempre he muerto...


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Quiero


Quiero un valiente

quiero un héroe

quiero un maestro

quiero carne viva

quiero tu carne

quiero tu carne en la mía

quiero físico

quiero cerebro

quiero pintar

quiero danzar

quiero volar

quiero conocer

quiero observar

quiero verte 

quiero que la realidad sea mi fantasía

quiero materializarte

quiero tu cabello respingado

quiero que me recuerdes

quiero actuar como mujer adulta que se supone ya soy

quiero ser bonita

quiero ser para ti

quiero invocarte

(¡Y te invoqué!)

Quiero tu dulce melodía

quiero la cuna de tu abrazo

quiero ser leída

te quiero a ti y no al incauto.


Quiero dejar de querer

quiero tener

y quiero que pase rápido el tiempo.

Opiáceos.


Llevo tiempo regando mi consuelo
a veces te secas
a veces floreces de nuevo
¡Eres horrible!
(como te deseo...)

Tomas la poca calidez restante de mis venas
y para variar te mofas de ello.

Triste mi realidad,
pues no dependo de un objeto químico
Que calamidad...

Dependo de mi agonía
y peor aún:
Dependo de ti y tu dulce melodía.
Eres más adictivo
Que la misma cocaína.

Neurotical


"El arte procede de una necesidad interna del alma."


Vasili Kandinski (pintor ruso) opinaba que el desequilibrio conducía a la creación.

Mi comentario: ¡OH, que la madre! 

Entonces debo y quiero estar condenada.


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Tiempo

Encuentro en la noche un cobijo y paz bastante efectivos. Sin embargo, es un arma de dos filos.

Debido a las fechas "divinas" presentes que no son más que rituales paganos convertidos y mutados a la actualidad, me hallo a merced de mi soledad posible desolación, pero eso no es del todo malo de no ser por la terrible consecuencia que es ser presa de mis pensamientos.

Mi cabeza me vuelve loca de una manera más notoria. Me siento cansada mientras mis músculos se atrofian por inactividad.

Desentierro memorias que realmente había perdido, y para mal. Afortunadamente, entre mi insanidad de una parte de mi cerebro, entre todos los cadáveres que escarbo encuentro también paz espiritual: un amor que realmente existió alguna vez, inocencia típica de la edad, tan pura y tan real; la fe en todos y cada uno de nosotros que hace mucho tiempo tuve, el cariño desbordante y la sonrisa eterna y despampanante. Un violín viejo y quebrado, una flauta rayada, los dibujos de hace poco menos de dos décadas que evidencian mi profundo y eterno amor a los pigmentos, formas, texturas y colores; mis dos hermosas aves verdes, mismas que amé más que a cualquier humano que cruzose en mi camino...


A veces me arrepiento de destruir memorias: confundo una imaginación perturbante con la realidad, donde hay un límite para mi un tanto difuso. Me he perdido en fantasías, en sueños, me han tomado pieza a pieza, nostalgia pero sobre todo en cólera, ira y rencor.


Tiempos insanos como estos me sirven para recordar el diamante pulido a partir de un gélido carbón: como esa carta, ¡qué inmaduros fuimos! pero, realmente nos quisimos. Amor de un verano que duró más de 1 año.


Como moraleja, combato mis demonios como mejor puedo. Hay cadáveres que se deben quedar donde están y hay tesoros que se les deben de quitar. Soy adicta esta ira enraizada en mi frío corazón ("[...] Yo necesito un sol que me disuelva"), debo aprender a desprenderme de ella.

Debo recordar algo que realmente creí que habría sido mi invención propia de mi inmadurez, hormonas y sobre todo fantasía neuronal

Como esa carta

Como esa pulsera que prefiero siempre traer puesta

Como ese collar de piedra verde

Como esas rosas secas

Y esas fotos pegadas en mi espejo.

Si Acaso

Hoy tuve uno de esos momentos,
un flácido lapso de tiempo
entre rapsodias y mosaicos
poetas y sabiondos
en el punto exacto donde me sentí tan pequeña
tan ignorante, tan maravillada
tan sentimental y tan enamorada.

Moribunda comiendo de aliento pasajero y cálido
sedienta de sal, hambrienta de moho
maldita de maldición gitana
maldita maldición que por ti días como hoy
momento a momento, brillo a luz y sombra a oscuridad
me acechas y moras, esta piel que tiene tatuada la tuya
éstos ojos que no olvidan los tuyos
ésta boca que aún callada articula tu nombre en secreto.

Es una condena, es un complot... todo se conjuga, todo lo has invocado tú.


Hoy, por primera vez en meses experimento un poco de claridad
una calma tan divina, el enfoque de lo nebuloso y viejo.




"[...] ¿y qué si vivo y ya no pienso en tí?"
Héctor Herrera.


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Sigma


No soy yo
no ahora, no por hoy
Pienso demasiado y por más que lo hago no puedo tener seguras las cosas.

Soy naturalmente impetuosa y estúpida,
sólo que ahora estúpida y sin ímpetu
¿Qué diferencia marcó?

No hay manera de hacer las cosas bien
simplemente no la hay
por más que me esfuerce, por más fe que predique
por más raciocinio aparente que tenga
He intentado la manera buena, la mala, la peor...

Y hoy siento tanta angustia muy por encima de cualquier otra emoción
y tanto miedo que sólo quiero huir lejos y sin avisar...

¿Y cuál será el curso de las cosas?
¿Honestamente? no tengo idea.
Tal vez una decisión, tal vez ninguna
tal vez, no sé...

(Y hay una frase que me martillea la cabeza
y ay... puta cabeza)



Ya no sé nada





¡NADA!

¡Despierta, Marcela!


Ayer hubo complot, realmente un complot...

Días como estos ya no sé qué pensar.


Maldición maldita.

¡Maldito sea tu amor, tu eterno reino y tu ansiado dolor!


"Quiero regalarte las estrellas
Sola luna entera
Una hora extra para respirar

Un pastel
Una cereza
Un papel que tenga letras o también pinturas para dibujar

Un reloj que no use tiempo
Flores que ponen contento
Libros que te atrapen hasta el final

Quiero regalarte el cielo
Quiero regalarte el campo
Quiero regalarte todo un jardín
Quiero ver si llueve solo
Quiero ver si crece, quiero
Quiero tantas cosas y te quiero a ti

Un reloj que no use tiempo
Flores que ponen contento
Un camino largo para caminar

Quiero ver como te mueves
Quiero inventar palabras
Quiero, y quiero más
Lo suficiente para hacer que esto vuelva a suceder

Quiero detener el viento
Quiero detener el tiempo
Y quiero despertar


Un pastel
Una cereza
Un papel que tenga letras o también pinturas para dibujar"

Voces

Estúpido seas

¡estúpidos sean!


Estúpido sea el exilio (por temor, dolor y recelo)

estúpida sea la avaricia (inhumana, conveniente y destacada)

estúpida sea la fertilidad (no soy para ella ni ella para mi)

estúpida sea la verdad perezosa (tardía a sobrelímite)

estúpido sea el tiempo (que no se acaba rápido y que no va más lento)

estúpida sea la vida (que nos encanta complicarla)

estúpida sea la burocracia (que puso en marcha el atemorizante porvenir)

estúpido sea el negro empestañado (por atraparme con éxito y sin collar)

estúpidas sean las esmeraldas (por tu silencio, que echó todo a perder)

estúpido sea libra (que nos hizo tan gemelos, tan almas, tan nosotros como uno solo)

estúpida sea la realidad (en la que mi euforia durmiose por la escases de tu amor)

estúpido sea el amor (es una enfermedad venérea sin cura ni calmante)

estúpida sea la soledad (que me abandonaste, ¿dónde estás?)


"Maldito sea tu amor, tu eterno reino y tu ansiado dolor."...

Catedral

Calidez cromática en el cielo, un sulfor anaranjado y dorado. Algodones carmesíes satinados, un Dios dando el diario adiós mientras pinta el firmamento de ocres en el paso de su despedida. Una tibia brisa que acaricia como seda a estos insensibles cayos.


Mucho tiempo ha pasado, yo me creí inmortal hace algunos años pero, así debía ser aquella edad: estúpida, ególatra, coleccionando corazones como azteca con deidad, adicciones no farmacéuticas sino más bien adrenalinosas. Olores que no puedo describir aceleran todo mi organismo de una manera que creí haber olvidado...

y que quise olvidar.


Eso quise, y lo logré... al menos, por un tiempo. Tal vez hubiera sido más fácil suplantar esa dependencia cárnica por algun otro sustantivo palpable y más rehabilitable... pero, esa necedad y adoctrinamiento mío por no enviciarme (excepto por la cafeína, ese es mi elixir por más que le duela a mi balbuceante estómago) con estupefacientes ni hediondo tabaco me ha costado demasiada asquerosa sobriedad; eso y, la vida me ha dado muchas patadas en el recto y tantas vueltas que ya no debería marearme.

Así pues, heme aqui. En este punto del mapa terráqueo, por primera vez y otra vez. Después de cruzar el atlántico y más leguas hacia allá y pa'llá, después de pasar por tantos hogares y tantas manos; de haber visto cuantos pilares, cuantas mierdas enmarcadas (y cuanta belleza no-enmarcada), cielos sin soles y construcciones tanto viejas como ostentosas, todo producto de haber vendido mi cuerpo y la mitad de mi alma. Todos los días en cada trazo recordando una indeseada esperanza más antigua que mi amargura, más sin embargo lo peor del caso no es ese, sino que no me arrepiento de nada.

Que joven e ingenua fui... nunca pude imaginar ni un poco lo que mi camino me deparaba. Fue divertido al principio, después perdí el estímulo que me causaba la sobrevivencia: ya no había nada de rebelde y novedoso en eso, sólo vivir por vivir y esperar al mañana. Recorrí cientos de kilómetros sólo para encontrarme como robot sin propósito de vida, cual posteriormente  debía autodestruirse. Fue cuando creí haber olvidado las emociones por completo, esa falta de humanidad que siempre he tenido se convirtió en totalidad: sin sorpresas, sólo un vacío espacial.

Y fue cuando entre lo cotidiano y la monotonía que nunca me aprendí a acostumbrar, recibí ese destello de juventud impetuoso que sospechaba haberse extinguido en el bullicio del exilio.


Percibo el aroma del viento, pese que no recibo su caricia en esta piel rayada, con cicatrices y estas arrugas que no cargo con orgullo mas no las intento ocultar. 

Sobre la luz crepuscular que escapose en el recinto, me encontré con sorpresas que creí no volver a recibir... tanto buenas, como no malas sino inconvenientes; debí esperarlo... así es la vida.

Y aún así, frente esa catedral que comiose el sol, no sé por cuánto pero sí por hoy, al menos sólo por hoy resucita desde una cripta vieja y agrietada ese ente cual creí que los ladrones de tumbas se habían llevado para siempre. Una ráfaga reviviente mágica de células, leucocitos y eritrocitos. Muchas canas viejas y algunas otras agradablemente familiares. Esa música que me remonta a aquellos días lejanos e inocentes, sin tatuajes en la piel ni amargura en la frente.



Yo simplemente quería tenerlo todo...


Trascendencia

Hoy no hablaré más de lo mismo.



Bueno, sí... pero sólo un poco. Comienzo con el inicio del principio introduciendo.

En uno de esos momentos lagañosos y con resaca (y por esta ocasión no hablo necesariamente de intoxicación etílica), cubierta por colchas, esperando reconocer esa dulce voz que me dejóse horas atrás a merced de una situación algo incómoda debido a mis carencias sociales, entre ese pequeño refugio por donde colase luz blanca casi celestial por la ventana y en la somnolencia de despertar queriendo volver dormir con la tierna esperanza que él ya hubiese llegado, tuve un momento lúcido. 

Respiré, cerré los ojos cegándome a la blancura dolorosa. Y espero ansiosa... y cogito.

Ese efímero momento di por conclusa una historia que de hecho sigue inconclusa, pero esa será justamente la única conclusión: nada.

Uno de los pecados más grandes que todos cometemos es buscar una reciprocidad para cualquier tipo de sentimiento... esperarla, ansiarla, quererla; cualsea el caso (amamos a alguien y esperamos que nos ame igual así como cuando odiamos a alguien y esperamos que nos odie igual sólo por mencionar 2 de toda una maraña de hormonas/sentimientos que somos todos nosotros). No sé qué será eso: un error, ser humano, egoísmo, instinto, sociedad, evolución o tal vez una combinación de todos. Sólo entonces, en el momento que no nos sentimos correspondidos da como respuesta problemas e incluso ruptura de ese vínculo social, sea cual sea; lo cual es normal y totalmente cotidiano.

Cabe mencionar que todo humano rasca esta situación repetidas veces,

así como aquellos nosotros los tercos que se fuman una reciprocidad inexistente durante mucho tiempo debido a esa esperanza de que realmente exista.

La indiferencia es producto de la desesperanza

la desesperanza es consecuencia de sentirte totalmente intrascendente frente de alguien muy, muy querido...

(Al fin que, olvidar que existes es igual que olvidar la vela de un pastel.)

Sólo entonces y por algunos otros factores de menor importancia, he cerrado todos esos estúpidos ciclos (vínculos no, eso sería incoherente dentro de mi orden sobre el caos... pero, sí cauterizar algunas emociones que no'más estorban como vellos púbicos)

Y ahora y hoy, doy inicio a nuevas etapas, nuevos ciclos, nuevas trascendencias. Desgarré con mi mano la hoja de esos capítulos el desenlace, pues ya no quiero saberlo. No valen la pena una sola punzada, un solo retrato, una sola letra ni el recuerdo diario de lo que pudo haber sido...

intercambiar dolor por amnesia y completa ausencia en todos sus sentidos y planos, me ha resultado un mal negocio y un camino que ya no pienso seguir.

Tengo mis razones para tener ira y vaya que las tengo... pero, yo soy la culpable. Nunca debo esperar nada de nadie (y no lo hice, al menos no en vano; sin embargo, esas alas mal hechas ya las tiré pues no sirven de nada: estorban como el brócoli

y el vello púbico).


Y esta nueva etapa...


Concilio la fase 1 del sueño, justo cuando la llana blancura penetra mis párpados y tosta mis pupilas. Él me descubrió de mi refugio y así fue como la ansiedad y mi momento lúcido medio amargo se acabó... y comenzó otro momento lúcido

de felicidad real.



Voy a tenerlo todo.

Cueste lo que cueste.


[prometí no volver a escribir de ti... pero, tú prometiste nunca olvidarte de mi]

Apariciones


No te permito que seas fantasma
frío ya eres, sin aliento ya estoy
pero no puedo permitirme que seas fantasma
no puedo dejar que seas espectro, mi espectro
que encuentra su aparición precisa
cuando más necesito de la calidez fría de tu aliento.

No puedo permitirme que seas mi frívolo espectro
una especie de deidad inexistente
pero de carne y hueso.
Medular de leves desvaríos y signo celeste del camino.

Me he equivocado...
Sobrepuse tu espíritu en un rostro humano
quise ver agua donde sólo hay arena
quise ver colores donde sólo hay números
Pero, la realidad es otra:
no eres tú,
no regresarás
más importante, yo me iré y no regresaré.

Espero nunca volver a escribirte, frío, espectro,
Frío Espectro mío.

Prefiero recordarte como el que nunca tuve
una ilusión intacta casi bonita
Una recreación de mi imaginación
maquillada de música y rosas.

Pero, no hay nada más que lo que es hoy:
El que nunca tuve
el que se fue
y el que nunca me quiso.

(Y yo, la mocosa que inútilmente siempre te ha querido)


"En un momento somnoliento

vi surgir tu imagen entre el viento

No sé si fuíste un sueño tu 

o sueño es lo que vivo todo el tiempo 


Y sé que te he tratado mal

que no debí llevarte mar adentro

Sin avisarte que quizá

no habríamos de volver al mismo puerto 


Hasta el fin del mundo

Y de nuevo vuelvo a ti

como a la flor abierta el colibrí

No sé si yo te haré feliz...

mas juro que tus labios purifican


Igual que un cáncer que es mortal

el mal se esconde donde no imaginas

Pero en la noche tropical algún conjuro tuyo lo disipa

Hasta el fin del mundo"

Procrastinación


Soy una loca. Lo soy. Todos lo somos.

Pero, hay una pequeña gran diferencia...

yo no lidio con mi locura, yo disfruto de ella.

...y eso me hace mil veces más cuerda que todos ustedes.

Ergo: me la pelan.


(ustedes, hijos de puta maricas patéticos chillones de mierda y malagradecidos).

Luna

Yo soy la noche

un ser caprichoso y deforme

que provoca tu lunacidad

y se burla de cualquier reproche.


Yo soy la noche y la luna,

arrogante y desbordante de amargura

lo oscuro de tu fría sombra

y la que puede provocar pesadillas en tu propia cuna.


Yo soy tu luna,

un mutante en cráter de sombra

en penumbra por siempre e insomnia

y sin cara clara ni luz alguna.


Yo soy la fría, fría noche

sólo que de noche

y sin frío, mi frío...


Tú, ente inexistente punzante

insánica de musa perdida

no existes, eso lo tengo bien comprendido

y sin embargo, en crónica agonía eres mi mejor calmante.


Ser maravilloso e inexistente,

penetras entre huesos

y 3 capas adiposas y musculares

penetras entre venas y nervios

y muros de diamante propiamente impuestos.


Yo no tengo aliento

y apenas existo

...y es que hoy recordé: olvido la necesidad fisiológica del mismo respiro.


Soma


¿Alguna vez se han preguntado tu inerte trascendencia en los demás seres humanos? Un tema algo deprimente, para quien se atreva pensarlo.


¿Alguna vez te has preguntado con cuántas personas has tenido hasta el mínimo contacto? Algún momento del eslabón de la comunicación, sea por gesto, sea por receptor y emisor.


¿Cuántas personas has querido? y cuantas querrás

(y que todas se han ido e irán).

o que tal... ¿cuántas de todas ellas te han querido a ti? 


Nos aterroriza pensar en el fin absoluto, preferimos creer que esa cosa llamémosla alma fugase del cuerpo médicamente muerto y que empieza trayectoria en alguna parte de los 7 cielos, ó 7 infiernos ¿por qué no?.

Ó incluso ya se llegó al punto de querer hacerlo un hecho científico: 21 gramos, el peso del alma (cabe mencionar que fue un experimento arcaico por un tal Duncan McDougall el siglo pasado, totalmente desmentido años posteriores. Ave Duncan por intentar darnos un poco de esperanza al no sólo convertirnos en manjar para cucarachas y gusanos. Encantador.)


Pero, como iba diciendo... hablando de trascendencia... nos podemos inventar que cuando morimos sólo basta que un viviente coludo nos ponga una moneda en cada ojo putrefacto y tendremos nuestro pace al más allá pagándole al barquero; pero, ¿y por mientras?

Y por mientras, nos gastamos nuestras noches y nuestros días queriendo creer que le somos importante a alguien más de manera significativa (admitanlo, para eso quieren hijos, humanos inhumanos egoístas y estúpidos. Esas mamarrachadas de "es que quiero dar amor a alguien" son eso: mamarrachadas. Denle amor a un perro ó a un indigente, no llenen su patético agujero de intrascendencia y cúmulos traumáticos a una pobre criatura para luego despecharla porque salió gay).

Todas tus personas se han ido ahora que las recuerdas, y se seguirán largando (y tú también te has ido, y lo seguirás haciendo)

¿Dónde quedó tu trascendencia?

¿Dónde quedó tu humanidad?

Eres fácilmente reemplazable y olvidable, no sirves para nada más.


Yo sé todo esto de memoria, y casi como credo...

pero, lo que también sé es que: nunca te acostumbras, y siempre duele igual

o peor.

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