Olvido

"Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón". Jorge Luis Borges

Doc

Le extraño.

De la manera más inocente, de la manera más pura.
Soy una persona nostálgica. Recuerdo esas tardes veraniegas donde me gustaba refugiarme en su cuarto, porque era una niña muy sola, la única infante de la casa. Hubo una adolescente además, pero eso fue una mezcla que no pude sobrellevar hasta muchos años después.

Extraño molestarlo, extraño sus lecciones. Me enseñó a leer las notas musicales, hacía travesuras con la ingenuidad que sólo un niño puede tener. Me moría los días que no estaba conmigo, en alguno de sus deberes salvando al mundo de sí mismo y la enfermedad.

Creo que nunca se dio cuenta que me rompió el corazón cuando se fue, pero lo peor fue después cuando la criatura llegó. Nunca me sentí tan celosa, aunque no reconocía siquiera tal sentimiento.

Y todo sucedió... y supe que esos días de educación, juegos y música estridente se habían ido para siempre. Nunca me sentí tan sola en una casa llena de gente conocida o tal vez fue cuando empecé a sentirme sola hasta muchos años después, cuando recobré la cabeza intermitentemente.

Sólo Dios sabe cuánto extraño esos días, sobre todo en mis días más negros, más solitarios, cuando me siento ajena a todo y a todos. Ojalá pudiera volver sólo un momento al pasado cuando nada era tan complicado, ni tan viejo, ni tan devaluado. Hubo grandes ocasiones que simplemente dejaron una remarcable huella en mi memoria: el reloj, las cuerdas, los libros extraños, videojuegos noventeros, canciones que no entendí hasta muchos años después.


Hay cosas que se han ido para siempre, esta una de ellas... y realmente lo lamento.
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