Dopaminas

Mucho ha pasado desde la última vez que escribí... más bien, este vacío intento por escribir.
Antes lo hacía como dedicatoria hacia una o varias personas; hombres, específicamente. Los hombres de mi vida, algunos muy pocos más importantes que otros. Era otro regalo, otro pedazo de mi fragmentada alma que, evidentemente, no supieron cuidarlo... o bien, ni les tocaba.

Ahora escribo para mí misma y dejar al aire un trozo de mi fragmentada alma.


Hace muy poco cumplí 24 años, ni tantos, ni muchos. Me siento joven y a la vez muy vieja, en ciertos tópicos he vivido más de lo que me gustaría, tan acelerada... como si el tiempo se me fuera venir encima. Ya nada queda por hacer acerca de eso.

Pero, ahora el punto principal es el desbalance inmediato.

Muchas cosas han cambiado, maté al último Dios que me quedaba, fueron 2 este año. Ya no me queda ninguno, apenas aprendo cómo vivir sin deidades, una nativa sin memoria en alguna parte de la selva urbana. He vivido adorando a uno o más hombres únicos y divinos desde mucho más de la mitad de mi vida, siempre hubo alguien ("eterno" o intermitente) a quien dedicarle estos fragmentos y mi corazón, el cual ya ni sé cómo definirlo ni describirlo... ni sé qué forma tiene, o siquiera si aún existe uno.

Y bien, ahora en la vida atea sin hombres divinos, he encontrado un balance distinto, otros rangos de compañerismo y extroversión que no sé si alguna vez ya había experimentado (como dije, toda mi vida tuve deidades). Viví y vivo momentos que siempre quise, o eso creí; más bien, cuales siempre deseé la oportunidad de formar mi propio criterio (y el criterio no se forma a base de prejuicios, esas son pendejadas del humano antiguo-moderno). Expandí la mente, los límites... ¿Tengo límites? ¿Acaso es bueno delimitarse.o eso no es lo suficientemente evolucionado... hedonista?

Dentro de ese aparente caos, probé las dopaminas del balance ergo de la paz interior, pero también las artificiales... y las circunstanciales, por un hombre, volviendo a los malos hábitos. No diré mucho de las artificiales, ni siquiera son espejismo para mi, son... un estado alterado de la consciencia, medianamente divertido; pero, nada más. La resaca me ha sacado del yin y dura varios días, no hay precio para la paz mental, la cual he de encontrar a base de sobriedad y total abstinencia en algunas cosas.

Y en cuanto a las circunstanciales varoniles... la abstinencia de las mismas, son las que más me duelen en este momento. Que bonito fue recordar no padecer tanto pudrimiento e indiferencia emocional, sentir empatía y no pereza... 
Fue tan vigoroso, olvidar viejas caricias, esas sensaciones humanas que a veces extraño tanto, olvidarlas por completo al momento de experimentar esa incertidumbre y anhelo de otras totalmente nuevas, tierras vírgenes, semillas apenas aradas...
Sí. Mucho me temo, todo parece indicar no una mala vista o ver moros con tranchete, sino tal vez una mala interpretación de los hechos... o qué sé yo, simplemente algo de mucho menor relevancia, al menos del otro lado de la historia... pese que le doy vueltas y vueltas al asunto...
Pero, soy sólo yo, dándole importancia a lo que no debe, siempre ha sido así, siempre lo será, por los siglos de los siglos santos, Amén.
Obvio. Lo que más me duele es el orgullo, caer de nuevo en malos hábitos, en pensar todo el día en un hombre, recrear los hechos pasados (y es que, Dios mío, como amo a los hombres y como a veces me lastiman tanto) ya sin relevancia, sólo para mi. Siempre yo, siempre míos... mis recuerdos, tan míos, tan secretos, tan-quisiera olvidarlos; que dejaran de existir, como yo ya dejé de existir en tantos corazones.

Sí. Padezco abstinencia de dopaminas artificiales y naturales, tan así que deseo no haberlas experimentado antes para no encontrarme en este estado sonámbulo y ridículo, con el orgullo herido. Las artificiales me valen madre,

y las otras... bueno, ojalá pudiera recordar sin que el presente me llenara de amargura y despecho. Ojalá pudiera dejar de pensar lo magnífico que hubiera sido besar esos nuevos labios, nuevos escenarios, un emocionante comienzo de lo que sea, delimitar esos asuntos por el momento no me importa en absoluto.


Lástima... debo aceptar el presente tal y como es:

Vacío, solitario y ambicioso.


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