Ciclos


Hoy escribo con gotas de lluvia,
cielo en blanco (y listo para manchar)
frío en la punta de cada extremidad
dolor palpitante en un hemisferio
y con la hormona desgarrándome por dentro en sangre...



Esta noche tiritante soy sincera a mi
ya que incluso a mi me cuesta admitir ciertos menesteres
(de ese y otros tantos fantasmas que habitan en mi piel)


(Ahh... mi Frío)


Esta noche, esta madrugada
y en esta gota de tiempo-espacio,
invoco a mis demonios
invoco a mis ángeles
e invoco al glóbulo solitario y escondido en la médula
esa micropartícula que acoge y retuerse
mi verdadero ser.

Mi corazón está abierto
mi corazón está en mi mano
(mi corazón está en tu mano).

Invoco a mi demonio viejo esmeralda
mi corazón está en su mano
esa micropartícula seca y retorsida
que acoge y calienta mi verdadero ser.


[kaboom...







la realidad estrepitosa se hace presente]




Cuerpo y alma no son lo mismo
corazón y espíritu tampoco
amor terrenal
y amor artístico
jamás lo serán...

Y con esta aberración prosaica
concluyo este cochino año.
Huyo un tiempo lejos de todos
y, si pudiera, lejos de mi...
(¡tan cerca y tan lejos de ti!)



"Esa mañana
en que me miraste
cambié la ruta,
como la mosca
que va del vértigo
hacia la fruta.

Esos instantes
- por el contrario -
que no me viste;
cambié el semblante
de hembra-palacio
al de puta triste.

Esa mañana
en la que tus ojos
me dieron vida,
cultivé el bálsamo
del que cura
la risa herida.

Esos instantes que
no me viste
- cosa curiosa -
tu peso muerto
curvó las vértebras
de la rosa.

Esa mañana
en que me miraste
cambié mi suerte.
Como los Dioses
que van surfeando
sobre la muerte.

Esos momentos
que no me viste
entendí este verso...
tus parpadeos
marcan los ciclos
de mi universo."

Angustia


Esto es el colmo. Mi hemisferio izquierdo palpita de dolor, he concluido que es por sobrepensar las cosas...

¿Qué será...?

Frío


Yo conozco al frío.

Frío, se llama. Un ser ausente de calidez alguna, cínico e irreverente.

Yo conozco a Frío, un híbrido entre monstruo y humano (más monstruoso que el coco, debo decir).

Hace no tanto vi a Frío, tan cínico... me robó todo mi aliento con un beso. Ni perdón me pidió... en cambio, se marchó a calentar bocas y senos.

Hace mucho conocí a Frío, creí entenderlo... creí poder ver más allá de esos fríos ojos, de un color tan áspero y transparente...

Hace tiempo fui conociendo a Frío, ¡Que soberbia fui! intenté calentar esas manos parchadas y con cayos, intenté infiltrarme en un corazón no existente.

Frío dedica versos a las moscas, a la arena y el óxido de metal. Yo siempre se le dedico mis vanas prosas a Frío, quien las niega con fervor...

Frío me engañó... me vio fijamente a mis pupilas descoloridas buscando algo, no sé qué; después, me tocó una canción de cuna, entibiando mis nervios, sólo para entonces robar mi aliento.

Frío siempre está ocupado, olvidó felicitarme en mi cumpleaños.

Frío juega conmigo. Me susurra al oído en la oscuridad y me dejo llevar ilusa e indefensa por yemas duras e intenciones no muy ocultas...

Frío tiene hielo en las venas. Se lleva lo que quiere, y marcha como siempre. Ni un adiós le meresco a Frío...


Frío no me quiere.

Frío no me quiere entera

sólo quiere parte de mi

sólo quiere mi aliento húmedo, presa de él...


Yo no soy fría, sólo no tengo aliento...

el frío, es él.

Noche


Mi dulce, dulce noche
que cobija mis más oscuros secretos
que sólo te confieso a ti, noche mía
sólo a ti...

¿Quién habita en mi?
¿Quién cohabita?
Quien vive...

A quien pertenezco de alma entera
y de quien es mi cuerpo.

Sólo a ti, noche mía...
sólo a ti
sin trucos
sin cortejo
con los brazos al aire
para recibir tu sosiego.

Me rindo... hoy no soy nada
más que una estrella de tu vasto cielo.

Circulatorio


¿Por qué no puedo tenerlo todo?
¿Por qué no puedo simplemente descargar mi alma?
Estas severas transformaciones y traspolación de información tiemblan todo mi universo, me carcome hasta los huesos.

Tengo que escoger direcciones, elegir la sangre mía que aceitará secas venas... o dejarlas secas.
Debo fructificar en ramas sensitivas, o alcanzar sueños palpables en la nieve cumbre de una montaña.

¿Por qué no puedo tenerlo todo...?
...¿Por qué no puedo ser suficiente?
¡Nunca soy suficiente!
Podré recorrer el mundo y manejar mil pigmentos en armonía,
y regresaré mañana... y nunca seré suficiente.
Puedo ser la reina seductora, la mujer hechicera de ojos cambiantes y perfume de rosas
entonces será "¿nada más?" carajo, ¿¡qué más!?

Aunque, por más que me intento convencer que es lo más adecuado y conveniente seguir ese camino de bienes materiales, fantasías, libros, viento y pinturas
supongo... no; aseguro que ese sentimiento de capítulo inconcluso nunca me dejará dormir por el día,
y me acompañará durante mi jornada nocturna.

Y así como así, sosegaré las punzadas a la caja de pandora
me amarraré fuerte un brazo con una soga
para así evitar que se escape totalmente de mis venas el espíritu
ese congregado de emociones palpitantes
el único vestigio vigente de aquella niña que suspira... indefensa, ansiosa por ser víctima.

Y para los demás: el trofeo inalcanzable (para algunos ilusos, gata fácil) pero,
sobre todo,
la domadora de fieras.



Hoy, un poema de mi poetiza favorita (y tal vez, mi poema favorito de todos)...

"Un Sol"
Mi corazón es como un dios sin lengua,
Mudo se está a la espera del milagro,
He amado mucho, todo amor fue magro,
Que todo amor lo conocí con mengua.

He amado hasta llorar, hasta morirme.
Amé hasta odiar, amé hasta la locura,
Pero yo espero algún amor natura
Capaz de renovarme y redimirme.

Amor que fructifique mi desierto
Y me haga brotar ramas sensitivas,
Soy una selva de raíces vivas,
Sólo el follaje suele estarse muerto.

¿En dónde está quien mi deseo alienta?
¿Me empobreció a sus ojos el ramaje?
Vulgar estorbo, pálido follaje
Distinto al tronco fiel que lo alimenta.

¿En dónde está el espíritu sombrío
De cuya opacidad brote la llama?
Ah, si mis mundos con su amor inflama
Yo seré incontenible como un río.

¿En dónde está el que con su amor me envuelva?
Ha de traer su gran verdad sabida...
Hielo y más hielo recogí en la vida:
Yo necesito un sol que me disuelva.

Alfonsina Storni
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