Más Allá



He tenido noches intranquilas.

Me conozco.

Este reflujo de energía no fue sino una consecuencia de un merecido descanso mental de tantas cosas, ultraviolencias inóspitas y estólidos eunucos. Duermo tranquilamente, cada vez menos sobre superficies heterogéneas. Sin embargo, llevo unas pocas noches con sueños intranquilos... de los que ya debieron de haber acabado desde hace un año exactamente. Viejas y malas costumbres, supongo...

 Me conozco.
Sé cómo puedo soñar despierta y dormida,
sé cómo puedo querer
y a ciencia cierta sé cómo puedo obsesionarme con una jodida idea.

Me conozco... viejos anhelos envueltos de ego y orgullo.
Pero...
también conozco un poco de ciencia: la capirotada formada por imágenes y escenas del ayer y ahora (y todas terminan en un doloroso rechazo... mío). No hay nada mágico al respecto.

Sólo en mis sueños producto de un profundo dormir, sigue vivo... moribundo, pero vivo a fin de cuentas. Paso las horas despierta con mis obsesiones cotidianas, sin recordar siquiera... tal vez algunas ocasiones, como la presente, pues es una noche sin somnolencia y ociosa pereza.

No hay importancia en ello. Grandes cambios se aproximan. Mi miedo a la muerte y más allá ha vuelto, más estrepitoso que nunca.

Sólo espero que mis karmas apunten más a la paz, seguir viva temerosa de la jungla urbana profesada. Dije lo que tenía que decir, mi parte de la historia es sana.

Que Dios me acompañe... en toda su misteriosa existencia, esperando la veracidad de la misma...
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