Miel

Más de una ocasión me he encontrado absurdamente seducida por la tentación de compartir momentos íntimos, neuróticos y filosóficos con un compañero de mi especie, tal cual farsante como yo. 
No es del todo sano en ninguna faceta (de hecho, todo lo contario), simplemente es demasiada mi tentación probar las mieles de la catarsis con otro cerebro y otra piel cuales ha poseído la misma maldición, tal cual mía.
El arte no es algo que eliges, es algo que te elige a ti; te llena, es la mayor parte de ti.. y fácilmente, te puede consumir; pero, estas son palabras absurdas para un mortal cualquiera o incluso para mayores farsantes que yo.

Y es por eso que al toparme a un macho de mi especie y sobre todo subespecie, un escalofrío me recorre todo el cuerpo, nutre mi ser, me roba el sueño, humedece mi imaginación.
¡Oh, mi hermoso y dañado muchacho, danzante del aire, con águilas en las laterales de las piernas y su lunar arriba de la ceja derecha!

¡Mi corazón palpita, está vivo... por alguien que nunca fue ni será mío, un hermoso músico con aura primigenia! Si tan solo la vida nos uniera...

Es algo totalmente fantástico la catarsis de pasión, música y tintes... electrizante, un embriagante elixir de conexión y empatía...

Y hacer el amor debajo de partituras y manchas de pintura.
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