For What It's Worth


Sí, tengo una característica no muy vista la cual es entregarme completamente a lo que yo creo que vale la pena  (o cuando no tengo otro remedio, cárdiamente hablando), y esto no es exclusivo hacia los humanos.

Pero, ¡hablemos de los humanos!


Hoy escribo con sólo un poco de resentimiento y todavía sorpresa, pues lamentablemente la estupidez humana siempre encuentra la manera de sorprenderme.

¿Cuál fue la sorpresa? ninguna, para sorpresa mía. Ya me lo esperaba y de hecho siempre lo supe. ¿Para qué quejarse? pues, elementalmente para quejarse, no'más.

... ¡Que puta ordinariedad, ya déjame en paz! Te desprecio, no eres para mi aunque yo sea para ti.


Y maldita de mi, maldita de mi cabeza y maldita de la coraza pericardia yacente en mis entrañas, que a veces  se agrieta y virulea la vista.

Tú, ordinariedad que me persigues, soy demasiado para ti y para tu mente chiquita y corazón inmaduro. No soy tu chispita ni me asemejo en absoluto a toda la bola de simplonas que les encanta sollozar por una uña rota.

Y maldita mi coraza por agrietarse y virulear mi vista, pues eres tan ordinario como cualquier otro:

promesas vacías, ¿Qué clase de sorpresa es esa?

Ninguna, de hecho. Lo cual es todavía más patético.


Pero, for what it's worth, sólo se ha acelerado lo inevitable dándome desde ahora mismo plena libertad y todavía más esfuerzo. Mi nube eterna sin remordimiento, el trayecto que seguiré si antes no me muero.

A la chispita mía, por la que siempre he muerto...


fallacias.blogspot.com

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