Nada


Todo en espiral, en continuo ciclo.


Apenas hoy me di cuenta de la rapidez del tiempo. Llevo casi 5 meses habiendo cumplido una de mis metas más importantes, en las circunstancias más complicadas que nunca me pude haber imaginado... pero, lo hice. Sí, en serio lo hice...

Es un evento importante que se acompaña no sólo de lo físico, sino de la transmutación total de mi ser: una mujer completa, quien afronta (con mucho miedo) el diario sobrevivir, pero sobre todo: el vivir.

Vivir. Ese verbo ha cambiado potencialmente conforme a los años.

Llevo más o menos un mes recibiendo epifanías exhaladas de una piel verde y blanca. Veo a la ventana de mi pasado, y es como si no fuera mío: todo es tan diferente, no el paisaje, sino el interior del marco. Recuerdo afirmar que la vida "feliz" era inversa a la que tengo ahora; pero, sobre todo acepté tácitamente mi espíritu lúgubre y agrio, acepté que ese era mi destino y que siempre cargaría con vicios, agujeros y continuos suicidios. No podía ser de otra manera, pensé: así, debía de ser.

Así, en el momento más oscuro de mi vida, me embarqué a buscar una nueva vida, un nuevo comienzo y una nueva aventura.



Y... no funcionó.



Me explico:
Hasta hace unos días, yo tenía una deuda con un lugar, un espacio físico emocional de lo que yo soñé sería mi parte aguas, aquello que me haría más llevadera la nube negra que me acompañara. Me fui lejos de todos y de todo, para enfrentarme a mi misma y retarme en las condiciones menos adecuadas. Ese no fue el problema, el problema fue que la miseria seguía allí, como fiel compañera, eso sin mencionar los demonios y fantasmas, esos ya eran cuates: les daba la bienvenida en la parte más carcomida de mi alma.
La deuda surgió cuando tuve que irme prematuramente, bañada en lágrimas y con una oscuridad más prominente que nunca antes. Nadie comprenderá la tragedia que era para mi el haberme arrancado mi sueño más preciado, mi fantasía de enterrar cadáveres y plantar nuevas energías.

Así, en el momento más oscuro de mi vida sin saberlo hasta 5 meses después, di a luz.

Luz. Una indescriptible, palpable y real luz... hermosa y pequeña entre mis brazos, prendido de mi pecho.  Nunca había conocido antes de ninguna otra manera lo que realmente era la luz. Entendí, la niebla se disipó al abrir camino la Luz. Y de esa luz nació la fortaleza de todo lo que soy hoy, y que siempre quise ser (pero nunca creí ser capaz de serlo).

Fue entonces cuando me tomé una deuda: el agradecer, y volver a visitar ahora victoriosa, ese lugar místico de catedrales gigantes. Pasó Sui Géneris el momento... me volví a bañar de recuerdos bastante traumáticos, ahora debo aceptar dos cosas: la primera es que soy intrascendental aunque yo recuerde cariñosamente el cobijo que me hubieron brindado, la segunda es que pese a todo, la verdad en ese momento de mi vida era infeliz y soberbia, y más ignorante que nunca. Visité con mi hijo en brazos puntos claves en la historia más significativa de mi vida, fue como sanar momentos salados con la dulzura e inocencia de una luz traviesa.

Y después de 3 años, se cierra el capítulo de ese viaje espiritual.



Muchas cosas he rememorado, no sólo mi abismo interior, sino todo aquello que creí saber tan cierto, y que hoy es totalmente incierto. He buscado refugios, me he entregado presta, y apenas recuerdo lo increíblemente violentada que permití fueran. He pasado por tanto(s), de muchas maneras, o la misma mente dañada pero con distinto cuerpo; he concluido, hecho hipótesis, suturado mis heridas, matado fantasmas, me he acompañado de un muerto, he hecho de todo. Todo lo malo, por supuesto.


Y sin embargo, así como aquella aventura, al último resultó lo siguiente:

Sé nada.


Hace 3 años creía de cierto y fundamentado muchas cosas que nunca creí ser, pero soy.

Y hace mucho más tiempo que eso, empecé a recolectar en frascos fragmentos de mi que di a cualquiera que tuviera la suficiente autodestrucción como para acercarse a mi.




Tanto ha ocurrido, tanto he "aprendido" y al final, una luz y unos ojos verdes me han enseñado que realmente sé nada.


... pero, lo importante y pese a todo (lo cual no es poco), nunca he sido más feliz de lo que soy hoy.

Mañana no sé, ojalá y sí.





You must have darkness within you to give birth to a dancing star.
 Friedrich Nietzsche

0 comentarios:

Design by BlogSpotDesign | Ngetik Dot Com