Los Horrores del Mundo II


Bien, me he desviado un poco del tema, pero al menos ya saqué eso de mi sistema.

Siguiente terror:

Frío


Me acabo de dar cuenta de que soy asquerosamente cíclica.

Primero platicaré los hechos y la línea del tiempo, luego concluiré con mis muy acertadas 


A Frío le conocí hace bastantes años, yo rondaba entre los 14-15 otoños, en mis tiempos (oscuros) de secundaria.
Cuando recuerdo esa época, sólo evoco siniestros adjetivos: sentirme muy sola pues como ya he contado antes, las raras no tenían amigos.
Así que durante algunos pocos años tenía largas épocas de socialización online. Era fácil, podía ser quien yo quisiera, no veían mi apariencia (yo me consideraba tonta y fea) y podía defenderme si era necesario. Resulta que en esas salas de chat fui muy popular, todo lo que no era en vida real. La precocidad, algo que especialmente llamó la atención de los usuarios en ese entonces, yo estaba orgullosa de ser "precoz", sentía de alguna manera destacarme (claro, ahora pienso muy distinto al asomarme a esas ventanas).

Un día cotidiano muy probablemente después de regresar de la secundaria, un usuario con un nickname en náhuatl comenzó conversación conmigo y ese mismo día intercambiamos MSN Messenger (¿El amor en tiempos de la tecnología?). Nada del otro mundo, era o es un procedimiento común y estándar.

Frío se posiciona en este segmento de la línea del tiempo porque mi historia con él fue totalmente cíclica hasta apenas el año pasado.

Yo ya había iniciado mi historial de mujer... NIÑA de alguien, con consecuencias desastrosas. Me envolví en un drama romántico y patético, que incluía arresto domiciliario para evitar ver al objeto de mi super "maduro" amor, este drama duró otros años más, pero esa otra historia para mucho después.
Entonces, mientras todo ese caos desarrollase, conversaba con mi amigo Frío, siempre por chat. Pero, sus pláticas eran muy diferentes a las de "mi hombre"... él hablaba de música, él hablaba de arte. Fue como recordé o bien, fue como obtuve real consciencia que desde cobrar uso de razón había estado rodeada de partituras, libros y por mi lado, de tintas, pinturas. El muchacho despertó mucho mi interés, escarbó una parte de mi que debido a mi inmadurez biológica y mental había obviado su existencia hasta el punto de olvidarla. Con el paso del tiempo se fue volviendo mi amor platónico (1/2).

Su comportamiento era errático, nunca estable. Nunca volvió a ser asiduo de las herramientas de internet, eso fue casualidad y circunstancial. Un día le conocí, en el centro de la ciudad pues él tocaría su guitarra y cantaría con su estridente voz por alguna de tantas causas perdidas de los bohemios... pero, no fue nada como me lo había imaginado, fue más bien indiferente y de 1 o 2 minutos, sólo ese tiempo me prestó su atención.

Y como dije, su comportamiento era errático. Ocasionalmente conversábamos, a veces no. A veces mostraba interés, a veces no. Recuerdo una vez (asumo yo que estaba ebrio) me confesó su agrado por mi, después de eso desapareció... no por cobardía, sino por desinterés. Él tuvo el ego suficiente como para autoproclamarse "mi maestro", pues yo era una niña indefensa que sólo quería conocer el mundo... y convivir con el mundo del arte. Y me lo tomé muy en serio: cualquier libro que me recomendaba lo leía, cualquier canción la bajaba (ya existía Napster y posteriores).

Retomábamos contacto muy esporádicamente.

Yo cumplí 18 años, había sobrevivido la preparatoria y tronado otra relación larga (iban 2). Tenía hambre por conocer el mundo y sentía que ya me había distraído mucho con hombres (1 año y medio + 1 año y medio = 3 años, pero fue mucho más que eso) y yo estaba demasiado joven para esas cosas. Él me volvió a tomar como su "pupila" y ahora incluyó en sus "lecciones" temas más propios de la edad. Falacias, todas fueron falacias.

De nuevo, ocasionalmente conversábamos, a veces no. A veces mostraba interés, a veces no. Me usaba tal cual muñeca, me hacía sentir inferior tal cual niña.

Poco después se fue de la Comarca, pero continuó siendo mi amor platónico (1/2) durante unos 5 años más. Muy ocasionalmente hablábamos por chat, casi todos los días checaba sus redes sociales observando su actividad, si es que había. En esas pocas conversaciones, noté que yo le causaba cierta nostalgia tal vez mezclada con cariño, no sabía cómo definirlo. Venía poco a la Comarca, yo con toda mi ilusión... claro, me volvía a usar. Otra vez.

Por ahí del 2010, yo -de nuevo- saliendo de otra relación, me topé con Frío. Frío estaba vulnerable, la mortalidad de su padre (al cual debo decir, jamás hizo mucho caso) acechaba su poca paz mental. Por alguna razón, esta conversación fue muy diferente a todas las demás: me bajó el cielo y las estrellas. Y yo, como debía de ser, caí redondita... así, toda estúpida, casual. El plan fue irme a vivir con él apenas terminara la carrera, me faltaba poco menos de 1 año. Como los sentimientos tal cual las palabras se esfuman, no puedo compararlo con sensaciones anteriores ni ya vividas... sólo recuerdo ponerme tan, pero tan feliz (¿o "feliz"?) y duré días flotando. ¿Se imaginan? al que nunca le fui suficiente, mágicamente ya lo era, y mágicamente al fin quería iniciar algo conmigo. Mi amor platónico desde hacía 6 años.

Lo que sucedió después no se lo he dicho a nadie, porque me da tanta, pero tanta vergüenza:
Así pues, comencé a "prepararme" en todo lo que se me ocurriese: a leer más para que mi intelecto le fuera un poco más suficiente, a fijarme qué debía aprender para vivir fuera de la casa paterna, me compré ropa para ser más guapa ¡Y el colmo! hasta me inscribí en un gimnasio al cual iba de manera religiosa de lunes a viernes 2 horas (si no iba los sábados, era porque cerraban temprano). Mi horario era agotador: En la muy mañana hasta en la tarde, Universidad; en la tarde hasta noche, trabajo; del trabajo al gimnasio, del gimnasio a la casa, de tareas a dormirme muy, muy de madrugada; pero lo valía por mi Frío. Así duré meses preparando mi cuerpo, cerebro y alma para el gran día.

[No imaginas las cosas que hice por él]

Frío se había desaparecido del mundo virtual, pero eso no era fuera de lo común. En sus redes sociales empezó a aparecer una muchacha, pero eso no era fuera de lo común tampoco, pues es la cosa más ordinaria del mundo que los músicos tengan un séquito de mujeres... aparte, él podía hacer lo que quisiera, a fin de cuentas no éramos novios.. no aún al menos, pero próximamente sí. 

Pero yo nunca olvido, así que tenía en la mente a esa muchacha. Sólo en la mente, nada más.

Se llegó el día de mi visita a su nuevo hogar, era una simple visita, todavía no era tiempo de mudarme. Como "buena" mujer, ahorré para ese viajesito (que debió de ser para un fin de semana), pedí permiso con todos mis maestros de la Universidad y en mi trabajo (no les cayó mucho en gracia, pero era mi Frío). Compré el boleto. 
Le mandé un mensaje a Frío para ponerle fecha. No hubo respuesta.
Esperé hasta el día anterior de la fecha marcada en el boleto, seguía sin haber respuesta. Entonces, me amarré los ovarios y le marqué. Fue algo así como "Lo siento, ahora no puedo, mil disculpas" nunca le mencioné ni el boleto, ni los permisos, ni nada. Lloré desconsoladamente por días, realmente tenía ganas de verle y me había esforzado mucho por verle.

Entonces la ansiedad se apoderó de mi. ¿Por qué?

¿Por qué? (yo en mi mente siempre disculpándolo, por supuesto "Pobresito Frío, quién sabe qué le ha de pasar")



Poco después el tiempo me fue dando la razón: No sabía desde cuándo, Frío ya tenía otra mujer viviendo con él. Y nadie me avisó.

Evidentemente, me sentí una verdadera estúpida. A Frío lo había puesto una pedestal, a todos los comparaba con él... no había nadie más inteligente, ni más apuesto, ni más la chingada. Yo ya tenía quien me consolara -OTRA VEZ- pero de verdad, pocas veces me han roto el corazón como esa.
Empecé a pensar con la cabeza fría, al fin... de en ese entonces en adelante, sólo me podía esperar que un glorioso día se acordara de mi, me diera una explicación y pidiera perdón. Y sabía que ese día estaba mucho, muy lejano.

Para no hacer la historia más larga, sí llegó ese día y por primera vez en mi vida, le contesté llena de rabia. No fue hasta el año pasado que estaba aburrida y buscando consuelo (por otra de tantas relaciones fallidas, pinche madre) que moví esas aguas. Y lo conseguí.

(Siempre consigo lo que quiero, pero no siempre debería)

Me formé de nuevo esa ilusión, ya con menos proporción pero ilusión a fin de cuentas. Le disculpé de nuevo "Pobresito Frío, su papá murió, hay que comprenderlo" y decidí exponerme una vez más: le pedí por adelantado dinero a un cliente, le exigí su paga a otros, no recuerdo si pedí prestado (cosa que ODIO, pero lo hago si creo que algo puede valer la pena. Tonta, ESTÚPIDA de mí) y le visité. 

La conclusión fue gloriosa: después de esperar 2-3 horas, el wey no sólo nunca llegó a recogerme, sino que me las arreglé para llegar al centro de la ciudad y cuando finalmente se apareció, apestaba a alcohol rancio. Yo pagué por prácticamente todo y me la pasé encerrada, en una ciudad que no conocía y tenía tantas ganas de pasear. Aunque yo pagara, fue inútil: el cabrón se acostó a ver televisión toda mi estadía. El colmo fue cuando de regreso a la terminal, me volvió a recitar una de sus fabulosas lecciones de "maestro": jamás puso las cartas sobre la mesa, jamás obtuve merecidas explicaciones, jamás se iban a hablar y aclarar las cosas como gente pensante. Después de esa letanía, me di cuenta que nunca las obtendría y ya no importaba, es más. Según él, me daba la "opción" y era mi "decisión", lo que él nunca supo es que desde que me hizo esperar 2-3 horas en la terminal porque el hijo de su puta madre no pudo siquiera moderarse el día anterior a mi tan "aclamada" visita, ese instante fue cuando yo decidí o más bien recordé que:
*Tarararán*

Las personas NO cambian.

Así que, ahora metámonos en la psique de Frío:

Frío es un vago, un artista (porque sí lo hace bien) no realizado y definitivamente frustrado (esto último, como mi papá... pero él sí se realizó por muchos años). Tiene mucho ego, pero muy poca autoestima (usualmente usa el primero para cubrir el segundo). Pese a que se ande por el mundo gritando que está solo porque quiere y porque así está mejor, él (como yo) tampoco sabe estar solo, pero tampoco sabe estar acompañado, ya que no le interesa manejar mejor su carácter entorno a una mejor convivencia. Frío se siente tan solo que prefirió por años dejarme ahí, lo suficientemente ilusionada para en cualquier momento de sus crisis de soledad tomarme. Tal cual muñeca.



¿Y en cuanto a mi? Es muy obvio que he tenido y descrito miles de equivocaciones mías... yo voy al último de todos, y no me tendré ni poca piedad.


0 comentarios:

Design by BlogSpotDesign | Ngetik Dot Com