Agosto es el peor mes en mi calendario, no sé por qué simplemente he observado de unos años para acá ese resultado...
Le canto a mi luna solitaria, oyente de mis plegarias y absorvente de mi llanto.
Nada eres, nada fuiste y en nada te convertirás.
Dios, me has abandonado a merced de humanos mediocres y egoístas, me has dejado sola... completamente sola, sin rumbo, sin ti, sin nada en lo que yo creía, sin credo...
Sólo yo y mi cerebro y el conocimiento y la información y el progreso existencialista y las tareas y el quehacer cotidiano y la urbanidad y la violencia y éste ser hueco.
Dios mío, hasta tú me has abandonado... nunca la nada se había materializado tanto, nunca mis demonios se habían vuelto tan inverosímiles y creativos, nunca había recogido tanto hielo, nunca me habían picado tanto los talones y uno y otro y otro y otra vez y una vez más y de nuevo...
Estoy sumergida en un abismo espiritual que no conocía antes; no lo representa nadie en especial, es y ya: un caldo con ingredientes del pasado y sobrecondimentado con tragedias del día de hoy. La razón sólo me empeora.
0 comentarios:
Publicar un comentario