Mosaico

Las nubes se fueron
el sol se va
la luna viene
y la lluvia permanece...

Queda tanto por decir, queda tanto por hacer. Me cosquillean las manos, las cosas cambian tanto...
Pero, mejor antes de sumergirme en la pena y sosobra que siento en mi interior justo este día sin mis nubes esponjadas de esperanza, prefiero describir uno de esos momentos que conservaré en los rincones de mi memoria, esos ocultos, siniestros, misteriosos y secretos, donde escurre pintura violeta en los muros y rojo carmín en las sábanas.

Soy una romántica empedernida entre estas paredes y columnas nuevas destartaladas, sensible del momento y por el momento.
El agua cae, escurre y estancose. Un cielo púrpura y grisáceo con esponjas húmedas, el suspiro y respiro de una brisa renovadora. El peligro y la paz. Mi impulso y la mano protectora, alcohol y el resbalón del mármol.
Ese olor a humedad y uno oculto no reconocido aun...
La palabra vaga
mi sentimiento de hormiga

Esa aspiración a humedad atípica
y el sabor en la boca de algo más...

y de cualquier parte, esa ni tan prohibida curiosidad.

Porque irónicamente soy más cálida que los rayos solares y más vulnerable que una hoja otoñal.

Pero... que nadie lo sepa. ¿Va?